La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Lucas 9:33 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Mientras estos se apartaban de Jesús, Pedro, sin saber lo que estaba diciendo, propuso: ―Maestro, ¡qué bueno que estemos aquí! Podemos levantar tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y sucedió que apartándose ellos de él, Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, una para Moisés, y una para Elías; no sabiendo lo que decía.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando Moisés y Elías comenzaron a irse, Pedro, sin saber siquiera lo que decía, exclamó: «Maestro, ¡es maravilloso que estemos aquí! Hagamos tres enramadas como recordatorios: una para ti, una para Moisés y la otra para Elías».

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Como éstos estaban para irse, Pedro dijo a Jesús: 'Maestro, ¡qué bueno que estemos aquí! Levantemos tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Pero no sabía lo que decía.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Y sucedió que al tiempo que ellos se apartaban de Él, dijo Pedro a Jesús: Maestro, bueno es quedarnos aquí y hacer tres tabernáculos:° uno para ti, y otro para Moisés y otro para Elías (sin saber° lo que decía).

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cuando éstos estaban a punto de separarse de él, dijo Pedro a Jesús: '¡Maestro! ¡Qué bueno seria quedarnos aquí! Vamos a hacer tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías'; sin saber lo que decía.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y aconteció que apartándose ellos de Él, Pedro dijo a Jesús: Maestro, bien es que nos quedemos aquí, y hagamos tres tabernáculos, uno para ti, y uno para Moisés, y uno para Elías; no sabiendo lo que decía.

Ver Capítulo
Otras versiones



Lucas 9:33
13 Referencias Cruzadas  

Cuando llegaron a donde estaba la gente, un hombre se acercó a Jesús y se arrodilló delante de él.


Pedro le dijo a Jesús: ―Señor, ¡qué bueno que estemos aquí! Si quieres, haré tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.


―No saben lo que están pidiendo —les respondió Jesús—. ¿Pueden acaso beber el trago amargo de la copa que yo bebo, o pasar por la prueba del bautismo con el que voy a ser probado?


―Maestro, hemos estado trabajando duro toda la noche y no hemos pescado nada —le contestó Simón—. Pero, como tú me lo mandas, echaré las redes.


Estaba hablando todavía cuando apareció una nube que los envolvió, de modo que se asustaron.


―Maestro —dijo Juan—, vimos a un hombre que echaba fuera demonios en tu nombre y se lo impedimos. Ese hombre no es de los nuestros.


―Señor —dijo Felipe—, muéstranos al Padre y con eso nos basta.


Pues Dios, que ordenó: «¡Que la luz brille en la oscuridad!», hizo brillar su luz en nuestra mente para que viéramos con claridad la gloria de Dios que brilla en el rostro de Jesucristo.