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Lucas 9:29 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Mientras oraba, su rostro se transformó, y su ropa se volvió blanca y radiante.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Y mientras oraba, la apariencia de su rostro se transformó y su ropa se volvió blanca resplandeciente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Y mientras estaba orando, su cara cambió de aspecto y su ropa se volvió de una blancura fulgurante.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y mientras oraba,° la apariencia de su rostro se volvió diferente, y su vestido, blanco resplandeciente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y mientras estaba orando, el aspecto de su rostro se transformó y sus vestidos se volvieron de una blancura deslumbrante.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestidura se hizo blanca y resplandeciente.

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Otras versiones



Lucas 9:29
17 Referencias Cruzadas  

Allí cambió su apariencia en presencia de ellos; su rostro resplandeció como el sol, y su ropa se volvió blanca como la luz.


Después se apareció Jesús en otra forma a dos de ellos que iban de camino al campo.


Un día en que todos venían hasta donde estaba Juan para que los bautizara, Jesús fue bautizado también. Y, mientras oraba, se abrió el cielo,


Él, por su parte, acostumbraba retirarse a lugares solitarios para orar.


Por aquel tiempo se fue Jesús a la montaña a orar y pasó toda la noche en oración a Dios.


Un día, Jesús se apartó para orar, y luego se volvió a sus discípulos y les preguntó: ―¿Quién dice la gente que soy yo?


Y aparecieron dos personajes —Moisés y Elías— que conversaban con Jesús.


Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, la gloria del Hijo único del Padre. Y estaba lleno de amor y de verdad.


Todos los que estaban sentados en el tribunal fijaron la mirada en Esteban. Y vieron que su rostro se parecía al de un ángel.


Luego vi un gran trono blanco y a alguien que estaba sentado en él. En su presencia desaparecieron la tierra y el cielo, sin dejar rastro alguno.