La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Lucas 9:11 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Pero la gente se enteró y lo siguió. Él los recibió y les habló del reino de Dios. También sanó a los que lo necesitaban.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y cuando la gente lo supo, le siguió; y él les recibió, y les hablaba del reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban ser curados.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

pero las multitudes descubrieron adónde iba y lo siguieron. Jesús los recibió y les enseñó acerca del reino de Dios y sanó a los que estaban enfermos.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero la gente lo supo y partieron tras él. Jesús los acogió y volvió a hablarles del Reino de Dios mientras devolvía la salud a los que necesitaban ser atendidos.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Pero al darse cuenta las multitudes, lo siguieron, y después de recibirlos, les hablaba acerca del reino de Dios, y sanaba a los que tenían necesidad de sanidad.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero al darse cuenta de ello la gente, lo siguieron. Él los acogió y les hablaba del reino de Dios, al tiempo que devolvía la salud a los que tenían necesidad de curación.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y cuando la gente lo supo, le siguió; y Él les recibió, y les hablaba del reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban ser curados.

Ver Capítulo
Otras versiones



Lucas 9:11
21 Referencias Cruzadas  

Al enterarse de esto, Jesús se retiró de aquel lugar. Muchos lo siguieron, y él sanó a todos los enfermos,


Cuando Jesús desembarcó y vio a tanta gente, tuvo compasión de ellos y sanó a los que estaban enfermos.


¿Cuál de los dos hizo lo que su padre quería?». ―El primero —contestaron ellos. Jesús les dijo: ―Les aseguro que los cobradores de impuestos y las prostitutas van delante de ustedes en el reino de Dios.


»Por eso les digo que el reino de Dios se les quitará a ustedes y se le entregará a un pueblo que produzca los frutos del reino.


A los hambrientos los llenó de bienes, y a los ricos los despidió con las manos vacías.


―No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos —les contestó Jesús—.


Después de esto, Jesús estuvo recorriendo los pueblos y las aldeas. Anunciaba la buena noticia del reino de Dios, acompañado de los doce apóstoles.


«A ustedes se les ha permitido conocer los secretos del reino de Dios —les contestó—. Pero a los demás se les habla por medio de parábolas. Esto es para que, »“aunque miren, no vean; aunque oigan, no entiendan”.


Cuando regresaron los apóstoles, le relataron a Jesús lo que habían hecho. Él se los llevó consigo y se retiraron solos a un pueblo llamado Betsaida.


Al atardecer, se le acercaron los doce y le dijeron: ―Despide a la gente, para que vaya a buscar alojamiento y comida en los campos y pueblos cercanos, pues acá no hay nada.


Entonces los envió a predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos.


―Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra —les dijo Jesús—.


Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que a mí viene, no lo rechazo.


Predicaba del reino de Dios y enseñaba acerca del Señor Jesucristo sin impedimento y sin temor alguno.


Ahora bien, ¿cómo lo reconocerán si no han creído en él? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?


Así que la gente recibe fe cuando escucha el mensaje, y el mensaje que escucha es la buena noticia acerca de Cristo.


Pues ni siquiera Cristo buscó hacer solamente lo que le agradaba. Al contrario, las Escrituras dicen: «Sobre mí han recaído los insultos de los que te critican».


Predica el mensaje de Dios, nunca dejes de hacerlo, aunque no parezca ser el mejor momento. Corrige, reprende y anima con mucha paciencia a todos, sin dejar de enseñar.


Así que acerquémonos con confianza al trono de Dios, pues allí, aunque no lo merecemos, encontraremos amor. Allí recibiremos misericordia y hallaremos que su amor inmerecido nos ayuda en el momento que más lo necesitemos.