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Lucas 8:3 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Juana, esposa de Cuza, el administrador de Herodes; Susana y muchas otras que los ayudaban con sus propios recursos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Juana, la esposa de Chuza, administrador de Herodes; Susana; y muchas otras que contribuían con sus propios recursos al sostén de Jesús y sus discípulos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Juana, mujer de un administrador de Herodes, llamado Cuza; Susana, y varias otras que los atendían con sus propios recursos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

y Juana, mujer de Chuza, mayordomo de Herodes, y Susana, y otras muchas que los° servían con sus bienes.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Juana, la mujer de Cusa, administrador de Herodes; Susana y otras muchas, que les ayudaban con sus propios bienes.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

y Juana, esposa de Chuza, mayordomo de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes.

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Otras versiones



Lucas 8:3
19 Referencias Cruzadas  

En aquel tiempo el gobernador Herodes se enteró de lo que decían de Jesús


En efecto, Herodes había arrestado a Juan. Lo había encadenado y metido en la cárcel por causa de Herodías, esposa de su hermano Felipe.


En el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías bailó delante de todos; y tanto le agradó a Herodes


Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y arrodillándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos oro, incienso y mirra.


»Al atardecer, el dueño del viñedo le ordenó a su capataz: “Llama a los obreros y págales su jornal, comenzando por los últimos contratados hasta llegar a los primeros”.


El Rey les responderá: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el menos importante, lo hicieron por mí”.


A los pobres siempre los tendrán con ustedes, pero a mí no me van a tener siempre.


Estaban allí, mirando de lejos, muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle.


Las mujeres eran María Magdalena, Juana, María la madre de Santiago y las demás que las acompañaban.


Dijo esto no porque se interesara por los pobres, sino porque era un ladrón. Como tenía a su cargo la bolsa del dinero, acostumbraba robarse lo que echaban en ella.


En la iglesia de Antioquía había profetas y maestros. Entre ellos estaban Bernabé y Simeón, apodado el Negro. También estaban Lucio de Cirene, Manaén, que se había criado con el gobernador Herodes, y Saulo.


Ya conocen el gran amor que les tiene nuestro Señor Jesucristo. No lo merecían, pero él, aunque era rico, se hizo pobre para ayudarlos. Lo hizo para que, por medio de su pobreza, ustedes llegaran a ser ricos.


Saludos de parte de todos los creyentes, especialmente los que trabajan al servicio del césar de Roma.


Además, que sea reconocida por sus buenas obras, tales como criar hijos, practicar la hospitalidad y lavar los pies de los creyentes. Que sea de las que ayudan a los que sufren y que aproveche toda oportunidad para hacer el bien.