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Lucas 8:22 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Un día subió Jesús con sus discípulos a una barca. ―Crucemos al otro lado del lago —les dijo. Así que salieron

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Aconteció un día, que entró en una barca con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y partieron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cierto día Jesús les dijo a sus discípulos: «Crucemos al otro lado del lago». Así que subieron a una barca y salieron.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Un día subió Jesús a una barca con sus discípulos y les dijo: 'Crucemos a la otra orilla del lago. Y remaron mar adentro.

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La Biblia Textual 3a Edicion

En uno de aquellos° días, aconteció que entró en una barca con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago; y se hicieron a la mar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Un día subió con sus discípulos a una barca y les dijo: 'Vamos a pasar a la otra orilla del lago'. Y navegaron mar adentro.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y aconteció un día que Él entró en una barca con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y partieron.

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Otras versiones



Lucas 8:22
12 Referencias Cruzadas  

En seguida Jesús hizo que los discípulos subieran a la barca y se le adelantaran al otro lado mientras él despedía a la gente.


Cuando Jesús vio a la gran cantidad de personas que lo rodeaba, dio orden de pasar al otro lado del lago.


Jesús regresó en la barca al otro lado del lago. Entonces mucha gente se reunió alrededor de él. Por eso se quedó en la orilla.


En seguida Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca y se le adelantaran al otro lado, a Betsaida, mientras él despedía a la gente.


Entonces los dejó, volvió a embarcarse y cruzó al otro lado.


Un día estaba Jesús a orillas del lago de Genesaret, y la gente lo rodeaba para escuchar el mensaje de Dios. Eran muchos y lo apretujaban.


y, mientras navegaban, él se durmió. Entonces se desató una tormenta sobre el lago, de modo que la barca comenzó a inundarse. Corrían gran peligro.


Y, cuando los demonios salieron del hombre, entraron en los cerdos. Todos los cerdos huyeron y cayeron al lago por el precipicio, y se ahogaron.


Algún tiempo después, Jesús se fue a la otra orilla del lago de Galilea (o de Tiberíades).


Subimos a bordo de un barco del puerto de Adramitio, que estaba a punto de salir hacia los puertos de la provincia de Asia. Nos acompañaba Aristarco, un macedonio de Tesalónica, y con él comenzamos el viaje.