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Lucas 7:6 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Así que Jesús fue con ellos. No estaba lejos de la casa cuando el capitán mandó unos amigos a decirle: ―Señor, no te tomes tanta molestia, pues no merezco que entres a mi casa.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces Jesús fue con ellos; pero, justo antes de que llegaran a la casa, el oficial envió a unos amigos a decir: «Señor, no te molestes en venir a mi casa, porque no soy digno de tanto honor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Jesús se puso en camino con ellos. No estaban ya lejos de la casa cuando el capitán envió a unos amigos para que le dijeran: 'Señor, no te molestes, pues ¿quién soy yo, para que entres bajo mi techo?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Jesús fue con ellos, pero cuando ya no distaba mucho de la casa, el centurión envió unos amigos a decirle: Señor, no te molestes, porque no soy digno° de que entres bajo mi techo,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Entonces Jesús se fue con ellos. Pero, cuando estaba ya cerca de la casa, el centurión le mandó unos amigos para decirle: 'Señor, no te molestes; porque yo no soy digno de que entres bajo mi techo;

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces Jesús fue con ellos. Y cuando ya no estaban lejos de su casa, el centurión le envió unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo;

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Otras versiones



Lucas 7:6
15 Referencias Cruzadas  

Ni siquiera el Hijo del hombre vino para que le sirvieran, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.


»Yo los bautizo a ustedes con agua en señal de arrepentimiento. Pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, y ni siquiera merezco llevarle las sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.


Jesús se fue con él. Lo seguía mucha gente, la cual lo apretujaba.


Al ver esto, Simón Pedro cayó de rodillas delante de Jesús y le dijo: ―¡Apártate de mí, Señor; soy un pecador!


Cuando llegaron ante Jesús, le rogaron con insistencia: ―Este hombre merece que le des lo que te pide.


Aprecia tanto a nuestra nación que nos ha construido una sinagoga.


Por eso ni siquiera me atreví a presentarme ante ti. Pero, con una sola palabra que digas, quedará sano mi siervo.


Todavía estaba hablando Jesús cuando alguien llegó de la casa de Jairo, jefe de la sinagoga, para decirle: ―Tu hija ha muerto. No molestes más al Maestro.


Me refiero a Jesús de Nazaret. Dios lo llenó de poder y del Espíritu Santo. Él anduvo haciendo el bien y sanando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.


Humíllense delante del Señor, y él los premiará con honores.


Pero en realidad él nos da mucho más amor, aunque no lo merezcamos. Por eso dice la Escritura: «Dios se opone a los orgullosos, pero trata con amor a los humildes».