Basta con que el alumno sea como su maestro, y el siervo como su amo. Si al jefe de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su familia!
Lucas 7:33 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Porque vino Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y ustedes dicen: “Tiene un demonio”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues Juan el Bautista no pasaba el tiempo comiendo pan y bebiendo vino, y ustedes dicen: “Está poseído por un demonio”. Biblia Católica (Latinoamericana) Porque vino Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y dijeron: La Biblia Textual 3a Edicion Porque vino Juan el Bautista, que no come° pan ni bebe° vino, y decís: ¡Demonio tiene! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Porque ha llegado Juan el Bautista, que ni come pan ni bebe vino, y decís: '¡Está endemoniado!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan, ni bebía vino, y decís: Demonio tiene. |
Basta con que el alumno sea como su maestro, y el siervo como su amo. Si al jefe de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su familia!
En aquellos días se presentó Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea.
La ropa de Juan estaba hecha de pelo de camello. Llevaba puesto un cinturón de cuero y comía langostas y miel silvestre.
La ropa de Juan estaba hecha de pelo de camello. Llevaba puesto un cinturón de cuero y comía langostas y miel silvestre.
porque él será un gran hombre delante del Señor. Jamás tomará vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo antes de su nacimiento.
Se parecen a niños sentados en la plaza que se gritan unos a otros: »“Tocamos la flauta, y ustedes no bailaron. Entonamos un canto fúnebre, y ustedes no lloraron”.
Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y ustedes dicen: “Este es un glotón y un borracho, amigo de cobradores de impuestos y de pecadores”.
Muchos de ellos decían: «Está endemoniado y loco de remate. ¿Para qué hacerle caso?».
―¿No tenemos razón al decir que eres un samaritano y que estás endemoniado? —respondieron los judíos.
―¡Ahora estamos convencidos de que estás endemoniado! —dijeron los judíos—. Abraham murió, y también los profetas murieron. Pero tú sales diciendo que, si alguno guarda tu palabra, nunca morirá.