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Lucas 7:21 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

En ese mismo momento Jesús sanó a muchos que tenían enfermedades, dolores y espíritus malignos, y les dio la vista a muchos ciegos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

En ese preciso momento Jesús sanó a muchas personas de enfermedades, dolencias, y expulsó espíritus malignos y le devolvió la vista a muchos ciegos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

En ese momento Jesús curó a varias personas afligidas de enfermedades, de achaques y de espíritus malignos y devolvió la vista a algunos ciegos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y en aquella hora sanó a muchos de enfermedades y dolencias, y de espíritus malignos, y concedió la vista° a muchos ciegos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

En aquel momento curó a muchos de sus enfermedades y males y de espíritus malignos, y a muchos ciegos les concedió la vista.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y en la misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de malos espíritus; y a muchos ciegos dio la vista.

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Otras versiones



Lucas 7:21
12 Referencias Cruzadas  

Jesús recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas, anunciando la buena noticia del reino y sanando toda enfermedad y dolor entre la gente.


Su fama se extendió por toda Siria. Por eso, le llevaban a todos los que sufrían diversas enfermedades y los que sufrían de dolores graves. También le llevaban a los endemoniados, los epilépticos y los paralíticos, y Jesús los sanaba.


Como había sanado a muchos, todos los que sufrían dolores se abalanzaban sobre él para tocarlo.


Al instante, cesó su hemorragia, y se dio cuenta de que su cuerpo había quedado libre de esa aflicción.


―¡Hija, tu fe te ha sanado! —le dijo Jesús—. Vete en paz y queda sana de tu aflicción.


Cuando se acercaron a Jesús, ellos le dijeron: ―Juan el Bautista nos ha enviado a preguntarte: “¿Eres tú el que estábamos esperando o debemos esperar a otro?”.


Porque el Señor disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido».