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Lucas 7:19 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

y los envió al Señor a preguntarle: ―¿Eres tú el que estábamos esperando o debemos esperar a otro?

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

y los envió al Señor para que le preguntaran: «¿Eres tú el Mesías a quien hemos esperado o debemos seguir buscando a otro?».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

y los envió a que preguntaran al Señor: '¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

los envió al Señor,° diciendo: ¿Eres Tú el que viene, o hemos de aguardar a otro?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

y los envió a preguntar al Señor: '¿Eres tú el que tiene que venir, o hemos de esperar a otro?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y llamó Juan a dos de sus discípulos, y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú Aquél que había de venir, o esperaremos a otro?

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Otras versiones



Lucas 7:19
38 Referencias Cruzadas  

Reunió a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus malignos.


Después de esto, el Señor eligió a otros setenta y dos discípulos. Y los envió de dos en dos delante de él a todo pueblo y lugar adonde él pensaba ir.


Un día estaba Jesús orando en cierto lugar. Cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: ―Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos.


―Resulta que ustedes los fariseos —les dijo el Señor— limpian el vaso y el plato por fuera. Sin embargo, por dentro están ustedes llenos de robo y de maldad.


Respondió el Señor: ―¿Quién es el mayordomo fiel y prudente a quien su señor deja encargado de los siervos para repartirles la comida a su debido tiempo?


―¡Hipócritas! —le contestó el Señor—. ¿Acaso no desata cada uno de ustedes su buey o su burro en sábado, y lo saca del establo para llevarlo a tomar agua?


Entonces los apóstoles le dijeron al Señor: ―¡Aumenta nuestra fe!


―Si ustedes tuvieran fe tan pequeña como una semilla de mostaza —les respondió el Señor—, podrían decirle a este árbol sicómoro: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y les obedecería.


Continuó el Señor: «Tengan en cuenta lo que dijo el juez injusto.


Pero Zaqueo se puso de pie y dijo: ―Mira, Señor: Ahora mismo voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes. Y, si en algo he robado a alguien, le devolveré cuatro veces la cantidad que sea.


El Señor se volvió y miró directamente a Pedro. Entonces Pedro se acordó de lo que el Señor le había dicho: «Hoy mismo, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces».


«¡Es cierto! —decían—. El Señor ha resucitado y se le ha aparecido a Simón».


Al verla, el Señor sintió compasión de ella y le dijo: ―No llores.


Cuando se acercaron a Jesús, ellos le dijeron: ―Juan el Bautista nos ha enviado a preguntarte: “¿Eres tú el que estábamos esperando o debemos esperar a otro?”.


María fue la que ungió con perfume al Señor y le secó los pies con sus cabellos.


Jesús se enteró de que los fariseos sabían que él estaba haciendo y bautizando más discípulos que Juan.


―Sé que viene el Mesías, al que llaman el Cristo —respondió la mujer—. Cuando él venga nos explicará todas las cosas.


Sin embargo, algunas barcas de Tiberíades se acercaron al lugar. Llegaron justo adonde la gente había comido el pan luego de que el Señor diera gracias.


Por mi parte, yo enviaré a mis dos testigos para que profeticen. Ellos, vestidos de luto, profetizarán durante mil doscientos sesenta días».