Pues mi hermano, mi hermana y mi madre son los que hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Lucas 6:47 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Voy a decirles a quién se parece todo el que viene a mí, oye mis enseñanzas y las pone en práctica. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Biblia Nueva Traducción Viviente Les mostraré cómo es cuando una persona viene a mí, escucha mi enseñanza y después la sigue. Biblia Católica (Latinoamericana) Les voy a decir a quién se parece el que viene a mí y escucha mis palabras y las practica. La Biblia Textual 3a Edicion Os mostraré a quién es semejante todo el que viene a mí, y oye mis palabras, y las hace. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Os voy a decir a quién se parece todo el que viene a mí, oye mis palabras y las pone en práctica. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras, y las hace, os enseñaré a quién es semejante: |
Pues mi hermano, mi hermana y mi madre son los que hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Mientras estaba aún hablando, apareció una nube luminosa que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado; estoy muy contento con él. ¡Escúchenlo!».
―Dichosos más bien —respondió Jesús— los que oyen la palabra de Dios y la obedecen.
«Si alguno viene a mí y no sacrifica el amor a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y aun a su propia vida, no puede ser mi discípulo.
Se parece a un hombre que, al construir una casa, cavó bien hondo y puso el cimiento sobre la roca. Cuando vino una inundación, la corriente golpeó aquella casa. Pero no pudo ni siquiera hacerla tambalear, porque estaba bien construida.
Los que están sobre las piedras son los que reciben la palabra con alegría cuando la oyen, pero no tienen raíz. Estos creen por algún tiempo, pero se apartan cuando llega la prueba.
Pero otra parte cayó en buen terreno; así que brotó y produjo una cosecha del ciento por uno». Dicho esto, agregó: «El que tenga oídos para oír, que oiga».
―Yo soy el pan de vida —declaró Jesús—. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed.
Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que a mí viene, no lo rechazo.
―¡Ahora estamos convencidos de que estás endemoniado! —dijeron los judíos—. Abraham murió, y también los profetas murieron. Pero tú sales diciendo que, si alguno guarda tu palabra, nunca morirá.
Así fue como Dios lo hizo perfecto, para que llegara a ser autor de salvación eterna para todos los que lo obedecen.
Dios desea construir un templo espiritual. Por eso eligió a Cristo como su piedra más importante y valiosa. Cristo es la piedra viva, rechazada por los seres humanos. Pero, cuando ustedes se acercaron a Dios,
Por eso, hermanos en la fe, hagan el doble de esfuerzo por vivir así, para que demuestren que han sido llamados y elegidos por Dios. Si hacen estas cosas, nunca les irá mal en la vida.
Ustedes reconocen que Jesucristo es justo. Entonces, también reconozcan que todo el que vive haciendo el bien es un hijo de Dios.
Queridos hijos en la fe, que nadie los engañe. El que hace lo bueno se comporta como una persona justa, así como Jesucristo es justo.
»Dichosos los que dejan de vivir en pecado, pues tendrán derecho al árbol de la vida. Ellos podrán entrar por las puertas de la ciudad.