A la verdad, el Hijo del hombre se irá, tal como dicen las Escrituras de él, pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Más le valdría a ese hombre no haber nacido.
Lucas 24:46 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) ―Esto es lo que dicen —les explicó—: El Cristo morirá y resucitará al tercer día. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; Biblia Nueva Traducción Viviente y dijo: «Efectivamente, se escribió hace mucho tiempo que el Mesías debería sufrir, morir y resucitar al tercer día. Biblia Católica (Latinoamericana) Les dijo: 'Todo esto estaba escrito: los padecimientos del Mesías y su resurrección de entre los muertos al tercer día. La Biblia Textual 3a Edicion y les dijo: Así está escrito,° que el Mesías padecería° y se levantaría° de entre los muertos al tercer día,° Biblia Serafín de Ausejo 1975 y les dijo: 'Así está escrito: que el Cristo tenía que padecer; que al tercer día había de resucitar de entre los muertos, Biblia Reina Valera Gómez (2023) y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; |
A la verdad, el Hijo del hombre se irá, tal como dicen las Escrituras de él, pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Más le valdría a ese hombre no haber nacido.
Luego les dijo: ―Cuando todavía estaba yo con ustedes, les decía que tenía que cumplirse todo lo que dicen las Escrituras acerca de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos.
“El Hijo del hombre tiene que ser entregado en manos de gente pecadora y ser crucificado, pero al tercer día resucitará”.
Hasta entonces no habían entendido la Escritura, que dice que Jesús tenía que resucitar.
Les explicaba y demostraba que era necesario que el Cristo muriera y resucitara. Les decía: «Este Jesús que les anuncio es el Cristo».
De hecho, en ningún otro hay salvación. No hay bajo el cielo otro nombre dado a las personas mediante el cual podamos ser salvos».
¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nuevas personas y nos ha dado seguridad de que recibiremos sus promesas. Es como si nos hubiera hecho nacer de nuevo, y eso lo hizo por medio de la resurrección de Jesucristo.