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Lucas 23:40 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Pero el otro criminal lo reprendió: ―¿Ni siquiera tienes temor de Dios, aunque sufres la misma condena?

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pero el otro criminal protestó: «¿Ni siquiera temes a Dios ahora que estás condenado a muerte?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero el otro lo reprendió diciendo: '¿No temes a Dios tú, que estás en el mismo suplicio?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero interviniendo el otro, reprendiéndolo,° dijo: ¿Ni aun temes a Dios, tú que estás en el mismo castigo?°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero el otro lo reprendió, diciendo: '¿Ni siquieras tú temes a Dios, tú que estás padeciendo el mismo suplicio?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿No temes tú a Dios, aun estando en la misma condenación?

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Otras versiones



Lucas 23:40
12 Referencias Cruzadas  

Se presentaron los obreros que habían sido contratados cerca de las cinco de la tarde, y cada uno recibió la paga de un día.


―Hombres de poca fe —les contestó—, ¿por qué tienen tanto miedo? Entonces se levantó y dio órdenes a los vientos y a las olas, y todo quedó completamente tranquilo.


Les voy a enseñar más bien a quién deben temer: tengan miedo del que, después de dar muerte, tiene poder para echarlos al infierno. Sí, les aseguro que a él deben tenerle miedo.


Uno de los criminales allí colgados empezó a insultarlo: ―¿No eres tú el Cristo? ¡Sálvate a ti mismo y a nosotros!


En nuestro caso, el castigo es justo. Sufrimos lo que merecen nuestros delitos. Este, en cambio, no ha hecho nada malo.


No se junten con los que gustan de la oscuridad para hacer el mal. Al contrario, dejen que todos sepan de su maldad.


¿Quién no te respetará, oh Señor? ¿Quién no dará la gloria a tu nombre? Solo tú eres santo. Todas las naciones vendrán y te adorarán. Pues todos han podido ver que eres un Dios justo».


Pero ni aun así se arrepintieron de sus malas acciones. Al contrario, maldecían al Dios del cielo, debido a sus dolores y llagas.