Pero, para no ofender a esta gente, vete al lago y echa el anzuelo. Saca el primer pez que pique; ábrele la boca y encontrarás una moneda. Tómala y dásela a ellos por mi impuesto y por el tuyo.
Lucas 23:2 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Y comenzaron la acusación con estas palabras: ―Hemos descubierto a este hombre causando alboroto en nuestra nación. Se opone al pago de impuestos al césar y afirma que él es el Cristo, un rey. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y comenzaron a acusarle, diciendo: A este hemos hallado que pervierte a la nación, y que prohíbe dar tributo a César, diciendo que él mismo es el Cristo, un rey. Biblia Nueva Traducción Viviente Comenzaron a presentar su caso: «Este hombre ha estado llevando al pueblo por mal camino al decirles que no paguen los impuestos al gobierno romano y al afirmar que él es el Mesías, un rey». Biblia Católica (Latinoamericana) Allí empezaron con sus acusaciones: 'Hemos comprobado que este hombre es un agitador. Se opone a que se paguen los impuestos al César y pretende ser el rey enviado por Dios. La Biblia Textual 3a Edicion Y comenzaron a acusarlo, diciendo: Hemos hallado° que éste pervierte° nuestra nación, y no sólo prohíbe dar tributo a César, sino que dice que él mismo es el Mesías rey. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y comenzaron a acusarlo: 'Hemos encontrado a este hombre, que pervierte a nuestro pueblo prohibiendo pagar los tributos al César y diciendo que él es Cristo rey'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y comenzaron a acusarle, diciendo: Hemos hallado que Éste pervierte la nación; y que prohíbe dar tributo a César, diciendo que Él mismo es Cristo, un Rey. |
Pero, para no ofender a esta gente, vete al lago y echa el anzuelo. Saca el primer pez que pique; ábrele la boca y encontrarás una moneda. Tómala y dásela a ellos por mi impuesto y por el tuyo.
―Del césar —respondieron. ―Entonces, denle al césar lo que es del césar y a Dios, lo que es de Dios.
Mientras tanto, Jesús fue llevado ante el gobernador, y este le preguntó: ―¿Eres tú el rey de los judíos? ―Tú mismo lo dices —respondió Jesús.
Y Jesús les dijo: ―Denle, pues, al césar lo que es del césar y a Dios, lo que es de Dios. Y se quedaron admirados de él.
―¿Eres tú el rey de los judíos? —le preguntó Pilato. ―Tú mismo lo dices —respondió.
y les dijo: ―Ustedes me trajeron a este hombre acusado de fomentar la rebelión entre el pueblo. Pero resulta que lo he interrogado delante de ustedes sin encontrar que sea culpable de lo que ustedes lo acusan.
Pero ellos insistían: ―Con sus enseñanzas alborota al pueblo por toda Judea. Comenzó en Galilea y ha llegado hasta aquí.
Así que Pilato salió a interrogarlos: ―¿De qué delito acusan a este hombre?
Desde entonces Pilato procuraba poner en libertad a Jesús. Pero los judíos gritaban con todas sus fuerzas: ―Si usted deja en libertad a este hombre, no es amigo del césar. Cualquiera que diga ser rey se convierte en su enemigo.
Hemos descubierto que este hombre es un verdadero problema. Por todas partes anda provocando alborotos entre los judíos. Es el líder de un grupo llamado los nazarenos.
Paguen a cada uno lo que le corresponda. Si deben impuestos, paguen los impuestos; si deben contribuciones, paguen las contribuciones. Al que deban respeto, muéstrenle respeto; al que deban honor, ríndanle honor.