Este fue a los jefes de los sacerdotes y a los capitanes del Templo para tratar con ellos cómo les entregaría a Jesús.
Lucas 22:52 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Luego dijo a los jefes de los sacerdotes, a los capitanes del Templo y a los líderes judíos, que habían venido a arrestarlo: ―¿Acaso soy un bandido, para que vengan con espadas y palos? Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y Jesús dijo a los principales sacerdotes, a los jefes de la guardia del templo y a los ancianos, que habían venido contra él: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos? Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Jesús habló a los principales sacerdotes, a los capitanes de la guardia del templo y a los ancianos, que habían venido a buscarlo. «¿Acaso soy un peligroso revolucionario, para que vengan con espadas y palos para arrestarme? —les preguntó—. Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús se dirigió después a los que habían venido a prenderlo, a los jefes de los sacerdotes, de la policía del Templo y de los judíos y les dijo: 'Tal vez buscan a un ladrón, y por eso han venido a detenerme con espadas y palos. La Biblia Textual 3a Edicion Y dijo Jesús a los principales sacerdotes, y magistrados del templo y a los ancianos que habían llegado° contra Él: ¿Como contra un bandido habéis salido con espadas y con garrotes? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijo luego Jesús a los pontífices, a los oficiales de la guardia del templo y a los ancianos, que habían venido contra él: '¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Jesús dijo a los príncipes de los sacerdotes, y a los magistrados del templo, y a los ancianos que habían venido contra Él: ¿Como contra un ladrón habéis salido, con espadas y palos? |
Este fue a los jefes de los sacerdotes y a los capitanes del Templo para tratar con ellos cómo les entregaría a Jesús.
Fue entonces el capitán con sus guardias y trajo a los apóstoles. Lo hizo sin hacer uso de la fuerza, pues tenían miedo de ser apedreados por la gente.
Mientras estaba con ellos, los cuidaba y los protegía mediante el nombre que me diste. Y ninguno se perdió sino aquel que eligió perderse, a fin de que se cumpliera la Escritura.
Y de inmediato dijo a la turba: ―¿Acaso soy un bandido, para que vengan con espadas y palos a arrestarme? Todos los días me sentaba a enseñar en el Templo, y no me arrestaron.
Todavía estaba hablando Jesús cuando llegó Judas, uno de los doce. Lo acompañaba una gran turba armada con espadas y palos, enviada por los jefes de los sacerdotes y los líderes del pueblo.
Pues les digo que tiene que cumplirse en mí aquello que dicen las Escrituras: “Y fue contado entre los malvados”. En efecto, lo que se ha escrito de mí se está cumpliendo.
Todos los días estaba con ustedes en el Templo, y no se atrevieron a ponerme las manos encima. Pero ya ha llegado la hora de ustedes, cuando reinan las tinieblas.