Entonces comenzaron a preguntarse unos a otros quién de ellos haría esto.
Entonces ellos comenzaron a discutir entre sí, quién de ellos sería el que había de hacer esto.
Los discípulos comenzaron a preguntarse unos a otros quién sería capaz de hacer semejante cosa.
Entonces empezaron a preguntarse unos a otros quién de ellos iba a hacer tal cosa.
Y ellos comenzaron a preguntarse quién de ellos sería el que iba a hacer esto.
Ellos entonces comenzaron a preguntar entre sí, quién de ellos sería el que había de hacer esto.
Ellos se pusieron muy tristes, y uno por uno comenzaron a preguntarle: ―¿Acaso seré yo, Señor?
Ellos se pusieron tristes, y uno tras otro empezaron a preguntarle: ―¿Acaso seré yo?
A la verdad, el Hijo del hombre se irá según está decidido, pero ¡ay de aquel que lo traiciona!
Tuvieron además una discusión sobre quién de ellos sería el más importante.