Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿A un profeta? Sí, les digo, y más que profeta.
Lucas 20:6 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Pero, si decimos: “humano”, todo el pueblo nos apedreará, porque están convencidos de que Juan era un profeta». Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y si decimos, de los hombres, todo el pueblo nos apedreará; porque están persuadidos de que Juan era profeta. Biblia Nueva Traducción Viviente pero si decimos que era meramente humana, la gente nos apedreará, porque están convencidos de que Juan era un profeta». Biblia Católica (Latinoamericana) Y si respondemos que era cosa de hombres, todo el pueblo nos apedreará, pues está convencido de que Juan era un profeta. La Biblia Textual 3a Edicion Y si decimos, de los hombres, todo el pueblo nos apedreará, porque están persuadidos de que Juan era° profeta. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero si respondemos 'de los hombres', todo el pueblo nos va a apedrear; porque están convencidos de que Juan era un profeta'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y si decimos: De los hombres, todo el pueblo nos apedreará; porque están convencidos de que Juan era profeta. |
Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿A un profeta? Sí, les digo, y más que profeta.
Herodes quería matarlo, pero le tenía miedo a la gente, porque consideraban a Juan como un profeta.
Pero, si decimos: “humano”…, tememos al pueblo, porque todos consideran que Juan era un profeta».
Buscaban la manera de arrestarlo, pero temían a la gente, porque esta lo consideraba un profeta.
Cayendo en cuenta de que la parábola iba dirigida contra ellos, buscaban la manera de arrestarlo. Pero tenían miedo de la gente; así que lo dejaron y se fueron.
»Y tú, hijito mío, serás llamado profeta del Altísimo. Irás delante del Señor para prepararle el camino.
Ellos, pues, lo discutieron entre sí: «Si respondemos: “divino”, nos dirá: “¿Por qué no le creyeron?”.
Pero los fariseos y los expertos en la Ley no quisieron ser bautizados por Juan. Rechazaron así el propósito que Dios tenía para ellos.
Mucha gente llegaba hasta él y decía: «Aunque Juan nunca hizo ninguna señal milagrosa, todo lo que dijo acerca de este hombre era verdad».
Fue entonces el capitán con sus guardias y trajo a los apóstoles. Lo hizo sin hacer uso de la fuerza, pues tenían miedo de ser apedreados por la gente.