―Tengan cuidado —les dijo Jesús—; eviten la levadura de los fariseos y de los saduceos.
Lucas 20:46 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) ―Cuídense de los maestros de la Ley. Les gusta pasearse con ropas lujosas y les encanta que los saluden en las plazas. También les gusta ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Guardaos de los escribas, que gustan de andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; Biblia Nueva Traducción Viviente «¡Cuídense de los maestros de la ley religiosa! Pues les gusta pavonearse en túnicas largas y sueltas y les encanta recibir saludos respetuosos cuando caminan por las plazas. ¡Y cómo les encanta ocupar los asientos de honor en las sinagogas y sentarse a la mesa principal en los banquetes! Biblia Católica (Latinoamericana) Cuídense de esos maestros de la Ley a los que les gusta llevar largas vestiduras, y ser saludados en las plazas, y ocupar los puestos reservados en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes. La Biblia Textual 3a Edicion Guardaos de los escribas, quienes andan con amplios ropajes y aman las salutaciones en las plazas, y los primeros asientos en las sinagogas y los primeros lugares en las cenas; Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Tened cuidado con los escribas, que se complacen en pasearse con amplias vestiduras, y les gusta acaparar los saludos en las plazas y ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Guardaos de los escribas, que gustan de andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; |
―Tengan cuidado —les dijo Jesús—; eviten la levadura de los fariseos y de los saduceos.
―Tengan cuidado —les dijo Jesús—; ¡ojo con la levadura de los fariseos y con la de Herodes!
»¡Ay de ustedes, fariseos!, que se mueren por los primeros asientos en las sinagogas y los saludos en las plazas.
Mientras tanto, se habían reunido millares de personas, tantas que se atropellaban unas a otras. Jesús comenzó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: «Cuídense de la levadura de los fariseos, o sea, de la hipocresía.
Al notar cómo los invitados elegían los lugares de honor en la mesa, les contó esta parábola:
Les roban los bienes a las viudas y a la vez hacen largas oraciones para impresionar a los demás. Estos recibirán peor castigo.
Ámense los unos a los otros como hermanos. Trátense entre ustedes con respeto y honor.
Le escribí una nota a la iglesia. Pero Diótrefes no acepta nuestra autoridad, pues él quiere siempre ser el más importante.