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Lucas 2:37 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Luego permaneció viuda hasta la edad de ochenta y cuatro años. Nunca salía del Templo, sino que día y noche adoraba a Dios con ayunos y oraciones.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Después ella vivió como viuda hasta la edad de ochenta y cuatro años. Nunca salía del templo, sino que permanecía allí de día y de noche adorando a Dios en ayuno y oración.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Permaneció viuda, y tenía ya ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo día y noche al Señor con ayunos y oraciones.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y era viuda de hacía ochenta y cuatro años, y° no se alejaba del templo, sirviendo° de noche y de día con ayunos y oraciones.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

y ahora era viuda con ochenta y cuatro. No se apartaba del templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

y era viuda como de ochenta y cuatro años, que no se apartaba del templo, sirviendo a Dios de noche y de día con ayunos y oraciones.

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Otras versiones



Lucas 2:37
16 Referencias Cruzadas  

Algunos le dijeron a Jesús: ―Los discípulos de Juan ayunan y oran con frecuencia, lo mismo que los discípulos de los fariseos, pero los tuyos se la pasan comiendo y bebiendo.


Así que, después de ayunar, pusieron las manos sobre ellos y oraron para despedirlos.


En cada una de las iglesias nombraron líderes. Luego, con oración y ayuno, le pidieron al Señor que ayudara a estos líderes que habían creído en él.


Esta es la promesa que nuestras doce tribus esperan que se cumpla. Por eso adoran a Dios día y noche con mucho cuidado. Yo creo en esa promesa, oh rey, y de eso me acusan los judíos.


La viuda que no tiene quien la ayude, pues ha quedado sola, pone su confianza en Dios y no deja de orar de noche y de día suplicando por ayuda.


Al vencedor le daré un lugar importante en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí. Sobre él escribiré el nombre de mi Dios. También escribiré el nombre de la nueva Jerusalén, ciudad de mi Dios. Esta ciudad baja del cielo de parte de mi Dios. Además, escribiré sobre él mi nombre nuevo.


Por eso están delante del trono de Dios, y día y noche le sirven en su templo. Dios, que está sentado en el trono, los protegerá en su santuario.