La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Lucas 19:8 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Pero Zaqueo se puso de pie y dijo: ―Mira, Señor: Ahora mismo voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes. Y, si en algo he robado a alguien, le devolveré cuatro veces la cantidad que sea.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Mientras tanto, Zaqueo se puso de pie delante del Señor y dijo: —Señor, daré la mitad de mi riqueza a los pobres y, si estafé a alguien con sus impuestos, le devolveré cuatro veces más.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero Zaqueo dijo resueltamente a Jesús: 'Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y a quien le haya exigido algo injustamente le devolveré cuatro veces más.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí Señor, la mitad de mis bienes doy° a los pobres, y si algo he defraudado a alguno, lo restituyo cuadruplicado.°

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero Zaqueo se levantó y dijo al Señor: 'Mira, Señor: voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes; y si en algo he defraudado a alguien, le devolveré cuatro veces más'.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.

Ver Capítulo
Otras versiones



Lucas 19:8
22 Referencias Cruzadas  

Den más bien a los pobres de lo que está dentro, y así todo quedará limpio para ustedes.


Vendan sus bienes y den a los pobres. Consigan bolsas que no se rompan y un tesoro en el cielo que no se agote. Allí no hay ladrón que llegue ni polilla que destruya.


Por eso les digo que usen las riquezas de este mundo para ganar amigos, para que, cuando estas se acaben, haya quienes los reciban a ustedes en las viviendas eternas.


Al ver esto, todos empezaron a murmurar: «Ha ido a hospedarse con un pecador».


Al verla, el Señor sintió compasión de ella y le dijo: ―No llores.


y los envió al Señor a preguntarle: ―¿Eres tú el que estábamos esperando o debemos esperar a otro?