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Lucas 18:12 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Ayuno dos veces a la semana y doy la décima parte de todo lo que recibo”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Ayuno dos veces a la semana y te doy el diezmo de mis ingresos”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Ayuno dos veces por semana y doy la décima parte de todas mis entradas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

ayuno dos veces a la semana y pago el diezmo de todo lo que gano.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todas las cosas que poseo'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que poseo.

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Otras versiones



Lucas 18:12
24 Referencias Cruzadas  

Por tanto, les digo a ustedes que no van a entrar en el reino de los cielos a menos que su conducta sea mejor que la de los fariseos y de los maestros de la Ley.


»Cuídense de no hacer sus buenas obras delante de la gente para llamar la atención. Si actúan así, su Padre que está en los cielos no les dará ninguna recompensa.


»Cuando ayunen, no pongan cara triste como hacen los hipócritas, que ponen esa cara para mostrar que están ayunando. Les aseguro que estos ya han obtenido toda su recompensa.


»Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa.


Un día se le acercaron los discípulos de Juan y le preguntaron: ―¿Cómo es que nosotros y los fariseos ayunamos, pero tus discípulos no ayunan?


»¡Ay de ustedes, fariseos!, que dan la décima parte de la menta, de la ruda y de toda clase de verduras. Sin embargo, descuidan la justicia y el amor de Dios. Debían haber practicado esto sin dejar de hacer aquello.


Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les ha mandado, deben decir: “Somos siervos inútiles; no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”».


¿Dónde, pues, queda nuestro orgullo? No hay lugar para el orgullo. ¿Por qué? Porque no pudimos obedecer la Ley, y solo por la fe en Cristo somos perdonados.


De esta manera nadie puede sentirse orgulloso delante de Dios.


Cumplí con todo lo que pedía la religión judía, y lo hice mejor que muchos de mis compañeros, pues obedecía con pasión las enseñanzas de mis antepasados.


La salvación no se obtiene por medio de una buena conducta, para que nadie se sienta orgulloso.


pues, aunque el ejercicio físico trae algún provecho, amar a Dios es mejor. Pues quien ama a Dios ve cumplidas las promesas de Dios en esta vida presente, y también en la vida eterna.