»Él respondió: “Entonces te ruego, padre, que mandes a Lázaro a la casa de mi padre.
Lucas 16:28 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Que vaya y dé aviso a mis cinco hermanos, para que no vengan ellos también a este lugar de tormento”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. Biblia Nueva Traducción Viviente Tengo cinco hermanos y quiero advertirles que no terminen en este lugar de tormento”. Biblia Católica (Latinoamericana) a mis cinco hermanos: que vaya a darles su testimonio para que no vengan también ellos a parar a este lugar de tormento. La Biblia Textual 3a Edicion porque tengo cinco hermanos; para que les advierta,° a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. Biblia Serafín de Ausejo 1975 porque tengo cinco hermanos-, con el fin de prevenirlos, para que no vengan también ellos a este lugar de tormento'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, para que no vengan ellos también a este lugar de tormento. |
»Él respondió: “Entonces te ruego, padre, que mandes a Lázaro a la casa de mi padre.
Él nos mandó a predicar al pueblo y a anunciar que él ha sido nombrado por Dios como juez de vivos y muertos.
Silas y Timoteo llegaron de Macedonia. Entonces Pablo se ocupó por completo de anunciar el mensaje. Les presentaba a los judíos evidencias de que Jesús era el Cristo.
Y con muchas otras razones les llamaba la atención con insistencia: ―¡Sálvense de esta gente malvada!
A judíos y a griegos les he dicho que se arrepientan ante Dios y que crean en nuestro Señor Jesús.
Lo único que sé es que en todas las ciudades el Espíritu Santo me asegura que me esperan prisiones y sufrimientos.
Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo. Lo que me importa es terminar la tarea que me dio el Señor Jesús. Quiero cumplir mi misión: anunciar el mensaje de la buena noticia del inmerecido amor de Dios.
A la noche siguiente, el Señor se apareció a Pablo y le dijo: «¡Ánimo! Así como has hablado de mí en Jerusalén, es necesario que lo hagas también en Roma».
Pero Dios me ha ayudado hasta hoy. Por eso me mantengo firme, hablando de esto a todos por igual. No he dicho sino lo que los Profetas y Moisés ya dijeron que sucedería:
Señalaron un día para reunirse con Pablo, y fueron muchísimos más a la casa donde él estaba prisionero. Desde la mañana hasta la tarde estuvo explicándoles y hablándoles acerca del reino de Dios y tratando de convencerlos de creer en Jesús. En su explicación, Pablo usaba la Ley de Moisés y los libros de los Profetas.
Después de testificar y anunciar el mensaje del Señor, Pedro y Juan se pusieron en camino de vuelta a Jerusalén. De camino iban predicando la buena noticia en muchos pueblos samaritanos.
Les repito que todo el que se circuncida está obligado a obedecer toda la Ley.
Así que les digo esto de parte del Señor: no vivan como la gente que no cree en Dios, pues esas personas no piensan correctamente.
Saben también que a cada uno de ustedes los hemos tratado como trata un padre a sus propios hijos.
Que nadie le cause mal a su hermano en la fe ni se aproveche de él en este asunto. El Señor castiga todo esto, como ya les hemos dicho y advertido.