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Lucas 11:36 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Por tanto, si todo tu ser disfruta de la luz, sin que ninguna parte quede en la oscuridad, estarás completamente iluminado. Será como si una lámpara te alumbra con su luz».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Si estás lleno de luz, sin rincones oscuros, entonces toda tu vida será radiante, como si un reflector te llenara con su luz».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Si toda tu persona se abre a la luz y no queda en ella ninguna parte oscura, llegará a ser radiante como bajo los destellos de la lámpara.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Por tanto, si todo tu cuerpo está lleno de luz, y no tiene ninguna parte oscura, todo será luminoso, como cuando una lámpara te ilumina con su resplandor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Por consiguiente, si tu cuerpo entero es luminoso, sin que tenga parte alguna obscura, todo él resplandecerá, igual que cuando la lámpara te ilumina con su resplandor'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara con su resplandor te alumbra.

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Otras versiones



Lucas 11:36
22 Referencias Cruzadas  

―Todo maestro de la Ley que ha sido instruido acerca del reino de los cielos es como el dueño de una casa, que de lo que tiene guardado saca tesoros nuevos y viejos.


Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en un lugar alto para que alumbre a todos los que están en la casa.


Asegúrate de que la luz que crees tener no sea oscuridad.


Jesús terminó de hablar. Entonces un fariseo lo invitó a comer con él. Así que entró en la casa y se sentó a la mesa.


Pues Dios, que ordenó: «¡Que la luz brille en la oscuridad!», hizo brillar su luz en nuestra mente para que viéramos con claridad la gloria de Dios que brilla en el rostro de Jesucristo.


Así ya no seremos como niños, que cambian de opinión fácilmente y aceptan como verdad cualquier enseñanza. Pues los falsos maestros son astutos y usan métodos engañosos.


Que toda la riqueza de las enseñanzas de Cristo los guíe siempre. Si tienen que enseñar o dar un consejo, háganlo con toda sabiduría. Canten salmos, himnos y canciones espirituales para que den gracias a Dios de todo corazón.


En cambio, las verdades profundas del mensaje son como el alimento sólido que toman los adultos. Es decir, para los que acostumbran usar su inteligencia para distinguir entre lo bueno y lo malo.


Pero dichosa es la persona que se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad. No se contenta con oírla, para luego olvidarla, sino que la pone en práctica.


Más bien, sean cristianos maduros que cada día conocen mejor al Señor y Salvador Jesucristo, y que cada día disfrutan más de su amor inmerecido. ¡A él sea la gloria ahora y para siempre! Amén.