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Lucas 11:29 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Como el número de personas aumentaba, Jesús se puso a decirles: «¡Esta gente es una gente malvada! Pide una señal milagrosa, pero solo se le dará la señal de Jonás.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y apiñándose las multitudes, comenzó a decir: Esta generación es mala; demanda señal, pero señal no le será dada, sino la señal de Jonás.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Al apretujarse la multitud contra Jesús, él dijo: «Esta generación maligna sigue pidiéndome que le muestre una señal milagrosa, pero la única que le daré será la señal de Jonás.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Aumentaba la multitud por la gente que llegaba y Jesús empezó a decir: 'La gente de este tiempo es gente mala. Piden una señal, pero no tendrán más señal que la señal de Jonás.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Apiñándose las multitudes, comenzó a decir: Esta es una generación perversa, que busca una señal,° pero no se le dará sino la señal de Jonás.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

La muchedumbre era cada vez más numerosa y él se puso a decir: 'Esta generación es una generación perversa; pide una señal pero no se le dará más señal que la de Jonás.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y juntándose la multitud, comenzó a decir: Esta generación es mala: Demandan señal, y señal no le será dada, sino la señal de Jonás el profeta.

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Otras versiones



Lucas 11:29
19 Referencias Cruzadas  

Pero, al ver que muchos fariseos y saduceos llegaban adonde él estaba bautizando, les dijo: «¡Nido de víboras! ¿Quién les dijo que huyeran del castigo que se acerca?


Quizá haya alguien que se avergüence de mí y de mis palabras en medio de esta gente infiel y pecadora. Si es así, el Hijo del hombre se avergonzará de esa persona cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.


Otros, para ponerle una trampa, le pidieron una señal del cielo.


Por lo tanto, a la gente de este tiempo se le pedirán cuentas de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo.


Mientras tanto, se habían reunido millares de personas, tantas que se atropellaban unas a otras. Jesús comenzó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: «Cuídense de la levadura de los fariseos, o sea, de la hipocresía.


―¡Ah, gente incrédula y malvada! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos? Trae acá a tu hijo.


Entonces los judíos reaccionaron, preguntándole: ―¿Qué señal puedes mostrarnos para actuar de esta manera?


―¿Y qué señal harás para que la veamos y te creamos? ¿Qué puedes hacer? —insistieron ellos—.


Ustedes son de su padre, el diablo, cuyos deseos quieren cumplir. Desde el principio este ha sido un asesino. Nunca dice la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es un mentiroso. ¡Es el padre de la mentira!


Los judíos piden señales milagrosas para así creer en este mensaje. Los que no son judíos quieren oír un mensaje lleno de sabiduría humana.