Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
Lucas 1:75 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) con santidad y justicia, viviendo en su presencia todos nuestros días. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 En santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días. Biblia Nueva Traducción Viviente en santidad y justicia, mientras vivamos. Biblia Católica (Latinoamericana) justos y santos,
todos los días de nuestra vida. La Biblia Textual 3a Edicion En santidad y en justicia delante de Él, todos nuestros días. Biblia Serafín de Ausejo 1975 en piedad y rectitud, en su presencia, por todos nuestros días. Biblia Reina Valera Gómez (2023) en santidad y justicia delante de Él, todos los días de nuestra vida. |
Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
Nos rescató del poder de nuestros enemigos. Así nos hizo libres del temor, para que le sirviéramos
Por medio de él, Dios nos eligió antes de la creación del mundo, para que seamos suyos y sin pecado. Él nos ama,
Lo que ahora somos, lo hizo Dios. Él, por medio de Cristo Jesús, nos creó de nuevo para que podamos vivir haciendo el bien. Dios así lo había planeado desde un principio.
Ahora son personas que Dios ha vuelto a crear. Así que sean como Dios, verdaderamente justos y santos.
Por lo demás, hermanos en la fe, les rogamos, en el nombre del Señor Jesús, que sigan mejorando su manera de vivir. Así harán lo que agrada a Dios, tal como lo aprendieron de nosotros. De hecho, ya lo están haciendo.
Nosotros, en cambio, siempre debemos dar gracias a Dios por ustedes, hermanos en la fe. Recuerden que el Señor los ama y que ustedes fueron los primeros que Dios eligió para ser salvos. Y son salvos gracias a lo que el Espíritu hizo en ustedes para que fueran aceptados como santos por Dios, y gracias a la fe que tienen en la verdad.
Pues Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa. Esa vida no la obtenemos por medio de nuestras propias acciones. Ha sido Dios quien decidió amarnos aunque no lo merecíamos, y nos dio esa vida. Decidió amarnos así por medio de Cristo Jesús aun antes de crear el universo.