El niño crecía y se fortalecía en espíritu. Y vivió en el desierto hasta el día en que se presentó públicamente al pueblo de Israel.
Lucas 1:66 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Quienes lo oían se preguntaban: «¿Qué llegará a ser este niño?». Pues el poder del Señor lo acompañaba. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y todos los que las oían las guardaban en su corazón, diciendo: ¿Quién, pues, será este niño? Y la mano del Señor estaba con él. Biblia Nueva Traducción Viviente Los que la oían meditaban sobre los acontecimientos y se preguntaban: «¿Qué llegará a ser este niño?». Pues la mano del Señor estaba sobre él de una manera especial. Biblia Católica (Latinoamericana) La gente que lo oía quedaba pensativa y decía: '¿Qué va a ser este niño?' Porque comprendían que la mano del Señor estaba con él. La Biblia Textual 3a Edicion Y todos los que las oyeron las guardaron en su corazón, diciendo: ¿Quién, pues, llegará a ser este niño? Porque la mano del Señor ciertamente estaba con él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 cuantos las oían las grababan en su corazón y se preguntaban: '¿Pues qué llegará a ser este niño?'. Porque, efectivamente, la mano del Señor estaba con él. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y todos los que las oían las guardaban en su corazón, diciendo: ¿Quién será este niño? Y la mano del Señor era con él. |
El niño crecía y se fortalecía en espíritu. Y vivió en el desierto hasta el día en que se presentó públicamente al pueblo de Israel.
María, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas.
El niño crecía y se fortalecía; progresaba en sabiduría, y la bondad de Dios lo acompañaba.
Así que Jesús bajó con sus padres a Nazaret y vivió obedeciéndolos en todo. Y su madre guardaba todas estas cosas en el corazón.
―Presten mucha atención a lo que les voy a decir. El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de sus enemigos.
El poder del Señor estaba con ellos, y un gran número creyó y se convirtió al Señor.
Y sabemos que lo hacen porque están seguros de la recompensa que Dios les dará en el cielo. Esta seguridad la obtuvieron al escuchar el verdadero mensaje, que es la buena noticia