Por último se apareció Jesús a los once mientras comían. Los reprendió por su falta de fe y por negarse a creer a los que lo habían visto resucitado.
Lucas 1:20 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Pero, como no creíste en mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo, te vas a quedar mudo. No podrás hablar hasta el día en que todo esto suceda. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero ahora, como no creíste lo que te dije, te quedarás mudo, sin poder hablar hasta que nazca el niño. Te aseguro que mis palabras se cumplirán a su debido tiempo. Biblia Católica (Latinoamericana) Mis palabras se cumplirán a su debido tiempo, pero tú, por no haber creído, te vas a quedar mudo y no podrás hablar hasta el día en que todo esto ocurra. La Biblia Textual 3a Edicion He aquí estarás mudo y sin poder hablar° hasta el día que lleguen a suceder estas cosas, por cuanto no creíste a mis palabras, las cuales serán cumplidas a su debido tiempo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero mira: te vas a quedar mudo y sin poder hablar hasta el día en que se realicen estas cosas, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su tiempo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y he aquí estarás mudo y no podrás hablar, hasta el día que esto sea hecho, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo. |
Por último se apareció Jesús a los once mientras comían. Los reprendió por su falta de fe y por negarse a creer a los que lo habían visto resucitado.
―¡Ah, gente incrédula! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho.
―Yo soy Gabriel y estoy a las órdenes de Dios —le contestó el ángel—. He sido enviado para hablar contigo y darte estas buenas noticias.
Mientras tanto, el pueblo estaba esperando a Zacarías y les extrañaba que se tardara tanto en el santuario.
Cuando por fin salió, no podía hablarles, así que se dieron cuenta de que allí había tenido una visión. Se podía comunicar solo por señas, pues seguía mudo.
¡Dichosa tú que has creído, porque lo que el Señor te ha dicho se cumplirá!».
Al instante se le abrió su boca y se le desató la lengua, recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.
Es cierto que algunos judíos no confiaron en el mensaje, pero su falta de confianza no significa que Dios no es digno de confianza.
Pero, aunque no seamos fieles, él sigue siendo fiel, ya que no puede romper su promesa.
Tenemos confianza en que tendremos vida eterna, pues Dios, que no miente, así lo había prometido antes de la creación del mundo.
Es imposible que Dios mienta, y por eso la promesa y el juramento son dos realidades que no cambian. Eso nos anima fuertemente a seguir buscando la protección de Dios y a seguir confiando en la promesa que él nos ha dado.
Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, toma esto en serio y arrepiéntete.