La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Juan 9:1 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

A su paso, Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Mientras caminaba, Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Al pasar, Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Y pasando, vio a un hombre ciego de nacimiento.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Al pasar, vio a un ciego de nacimiento.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y pasando Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.

Ver Capítulo
Otras versiones



Juan 9:1
12 Referencias Cruzadas  

Dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al oír que pasaba Jesús, gritaron: ―¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros!


Al irse Jesús de allí, dos ciegos lo siguieron, gritándole: ―¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David!


―¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto? —le preguntó Jesús al padre. ―Desde que era niño —contestó—.


Había entre la gente una mujer que hacía doce años que sufría de constantes derrames de sangre, sin que nadie pudiera sanarla. Había gastado todo lo que tenía en médicos.


Entre ellos se encontraba un hombre que tenía treinta y ocho años de estar enfermo.


Entonces los judíos tomaron piedras para arrojárselas. Pero Jesús se escondió y salió del Templo sin que lo vieran.


Y sus discípulos le preguntaron: ―Maestro, para que este hombre haya nacido ciego, ¿quién pecó, él o sus padres?


En Listra vivía un hombre que nació con un problema en sus piernas, de modo que no las podía mover. Nunca había podido caminar. Este hombre estaba sentado,


Al ver la serpiente colgada de la mano de Pablo, los isleños se pusieron a comentar entre sí: «Sin duda este hombre es un asesino, pues, aunque se salvó del mar, la justicia divina no va a permitir que siga con vida».


Pues el hombre que había sido milagrosamente sanado tenía más de cuarenta años.


Allí encontró a un paralítico llamado Eneas, que llevaba ocho años en cama.