Cuando Jesús oyó esto, dijo: «Esta enfermedad no terminará en muerte, sino que es para la gloria de Dios. Por medio de ella, el Hijo de Dios recibirá honra».
Juan 8:49 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) ―No estoy controlado por ningún demonio —contestó Jesús—. Tan solo honro a mi Padre; pero ustedes me deshonran a mí. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Respondió Jesús: Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis. Biblia Nueva Traducción Viviente —No —dijo Jesús—, no tengo ningún demonio. Pues yo honro a mi Padre; en cambio, ustedes me deshonran a mí. Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús les dijo: 'Yo no tengo un demonio, pero ustedes me deshonran a mí porque honro a mi Padre. La Biblia Textual 3a Edicion Jesús respondió: Yo no tengo demonio, sino que honro a mi Padre y vosotros me° deshonráis. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Contestó Jesús: 'Yo no estoy endemoniado, sino que honro a mi Padre, mientras que vosotros me quitáis todo honor. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Respondió Jesús: Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis. |
Cuando Jesús oyó esto, dijo: «Esta enfermedad no terminará en muerte, sino que es para la gloria de Dios. Por medio de ella, el Hijo de Dios recibirá honra».
¡Padre, da gloria a tu nombre!». Se oyó entonces, desde el cielo, una voz que decía: «Ya le di gloria, y volveré a darle gloria».
Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré. Así, por medio del Hijo, el Padre recibirá gloria.
Yo te he dado la gloria en la tierra y he llevado a cabo la obra que me encomendaste.
El que me envió está conmigo. No me ha dejado solo, porque siempre hago lo que le agrada.
Así pues, los apóstoles salieron del tribunal. Estaban llenos de gozo por haber sido considerados dignos de sufrir insultos por causa del nombre de Jesús.
¿No les parece lógico que es una vergüenza para el hombre dejarse crecer el cabello?
El cuerpo se entierra y se descompone, pero resucita lleno de gloria. Se entierra un cuerpo débil, pero resucita uno lleno de poder.
Cuando lo insultaban, no respondía con insultos. Cuando lo hacían sufrir, no amenazaba, sino que dejaba todo en manos de Dios, que juzga con justicia.