Juan 8:48 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) ―¿No tenemos razón al decir que eres un samaritano y que estás endemoniado? —respondieron los judíos. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio? Biblia Nueva Traducción Viviente —¡Samaritano endemoniado! —replicó la gente—. ¿No veníamos diciendo que estabas poseído por un demonio? Biblia Católica (Latinoamericana) Los judíos le replicaron: 'Tenemos razón en decir que eres un samaritano y que estás poseído por un demonio. La Biblia Textual 3a Edicion Respondieron los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros que tú eres samaritano y tienes demonio? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los judíos le respondieron: '¿No decimos con razón que tú eres samaritano y que estás endemoniado?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio? |
―¡Ahora estamos convencidos de que estás endemoniado! —dijeron los judíos—. Abraham murió, y también los profetas murieron. Pero tú sales diciendo que, si alguno guarda tu palabra, nunca morirá.
Muchos de ellos decían: «Está endemoniado y loco de remate. ¿Para qué hacerle caso?».
Pero, como los judíos nada usan en común con los samaritanos, la mujer le respondió: ―¿Cómo se te ocurre pedirme agua, si tú eres judío y yo soy samaritana?
Pero, al oírlo los fariseos, dijeron: «Este no echa fuera a los demonios sino por medio de Beelzebú, príncipe de los demonios».
Basta con que el alumno sea como su maestro, y el siervo como su amo. Si al jefe de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su familia!
Jesús envió a estos doce con las siguientes instrucciones: «No vayan a comunidades no judías ni entren en ningún pueblo de los samaritanos.
¿Tú crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan de miedo.
Pues ni siquiera Cristo buscó hacer solamente lo que le agradaba. Al contrario, las Escrituras dicen: «Sobre mí han recaído los insultos de los que te critican».
Por lo tanto, salgamos a su encuentro fuera del campamento y suframos la misma vergüenza que el sufrió.
Por eso les digo que a todos se les podrá perdonar todo pecado y toda ofensa, pero la ofensa contra el Espíritu no se le perdonará a nadie.
»Porque vino Juan, que ayunaba y no bebía vino, y ellos dicen: “Tiene un demonio”.
Este es el testimonio de Juan cuando los judíos de Jerusalén enviaron sacerdotes y levitas a preguntarle quién era.
Comentaban, por tanto, los judíos: «¿Acaso piensa suicidarse? ¿Será por eso que dice: “Adonde yo voy, ustedes no pueden ir”?».