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Juan 8:31 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en él. Les dijo: ―Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Jesús le dijo a la gente que creyó en él: —Ustedes son verdaderamente mis discípulos si se mantienen fieles a mis enseñanzas;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Jesús decía a los judíos que habían creído en él: 'Ustedes serán verdaderos discípulos míos si perseveran en mi palabra;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Decía entonces Jesús a los judíos que le° habían creído: Si vosotros permanecéis en mi palabra, sois verdaderamente mis discípulos;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Decía Jesús a los judíos que le habían creído: 'Si vosotros permanecéis en mi palabra, sois verdaderamente discípulos míos:

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces dijo Jesús a los judíos que habían creído en Él: Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;

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Otras versiones



Juan 8:31
25 Referencias Cruzadas  

Pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo.


Cuando Jesús vio que Natanael se le acercaba, comentó: ―Aquí tienen a un verdadero israelita, en quien no hay falsedad.


También habían sido invitados a la boda Jesús y sus discípulos.


Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.


Así que, si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres.


Cuando terminó la reunión, muchos judíos y extranjeros que habían aceptado la religión judía acompañaron a Pablo y a Bernabé. Ellos, por su parte, los animaron a seguir confiando en el inmerecido amor de Dios.


Allí fortalecían a los discípulos y los animaban a seguir creyendo. Les decían: «Es necesario pasar por muchas dificultades para entrar en el reino de Dios».


Pero Dios me ha ayudado hasta hoy. Por eso me mantengo firme, hablando de esto a todos por igual. No he dicho sino lo que los Profetas y Moisés ya dijeron que sucedería:


Por tanto, piensa en lo bueno que es Dios, pero también en lo estricto que es. Ha castigado duramente a los que fallaron y ha sido bueno contigo. Pero, si no eres agradecido y te portas mal, tú también serás rechazado.


A los que hacen el bien para recibir gloria, honor y vivir para siempre, Dios les dará vida eterna.


Esto lo hizo para que ustedes sigan confiando firmes en Cristo, sin dudar ni un momento. Para que no dejen de creer en la seguridad que les da el mensaje de la buena noticia. Este es el mensaje que ustedes oyeron y que ha sido anunciado en toda la creación debajo del cielo. Y yo, Pablo, he llegado a ser predicador de ese mensaje.


Pero la mujer se salvará siendo madre y manteniendo su fe en Cristo, y si continúa mostrando amor y santidad.


Ten cuidado de tu conducta y de tu enseñanza. Si no dejas de hacerlo, te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen.


Pero tú permanece firme en lo que has aprendido y de lo cual estás convencido, pues sabes de quiénes lo aprendiste.


Hemos llegado a tener parte con Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin la confianza que tuvimos al principio.


No será un pacto como el que hice con sus antepasados el día en que los tomé de la mano y los saqué de Egipto. Como ellos no obedecieron mi pacto, yo los abandoné —dice el Señor—.


Pero dichosa es la persona que se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad. No se contenta con oírla, para luego olvidarla, sino que la pone en práctica.


Aunque esos enemigos salieron de entre nosotros, en realidad no eran de los nuestros; si lo hubieran sido, se habrían quedado con nosotros. Su salida sirvió para comprobar que ninguno de ellos era de los nuestros.


Quisiera que lo que ustedes han oído desde el principio lo sigan creyendo siempre. Así seguirán siendo amigos del Hijo y del Padre.


Todo el que se desvía de la enseñanza de Cristo y no la obedece se aleja de Dios. En cambio, el que la obedece se acerca más al Padre y al Hijo.