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Juan 7:15 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Los judíos se admiraban y decían: «¿De dónde sacó este tantos conocimientos sin haber estudiado?».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe este letras, sin haber estudiado?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Los presentes quedaron maravillados al oírlo. Se preguntaban: «¿Cómo es que sabe tanto sin haber estudiado?».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Los judíos, admirados, decían: '¿Cómo puede conocer las Escrituras sin haber tenido maestro?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y los judíos se asombraban, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, si no ha estudiado?°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los judíos se quedaban admirados y decían: '¿Cómo éste sabe de letras, sin haber estudiado?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe Éste letras, no habiendo aprendido?

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Otras versiones



Juan 7:15
18 Referencias Cruzadas  

Todos dieron su aprobación, impresionados por las hermosas palabras que salían de su boca. «¿No es este el hijo de José?», se preguntaban.


Al llegar a su pueblo, comenzó a enseñar a la gente en la sinagoga. ―¿De dónde sacó este tal sabiduría y tales poderes milagrosos? —decían maravillados—.


Al llegar Pablo a este punto de su defensa, Festo interrumpió. ―¡Estás loco, Pablo! —le gritó—. El mucho estudio te ha hecho perder la cabeza.


―¡Nunca nadie ha hablado como ese hombre! —declararon los guardias.


Todos los que le oían se asombraban de su inteligencia y de sus respuestas.


Al oír esto, se quedaron asombrados. Así que lo dejaron y se fueron.


Este es el testimonio de Juan cuando los judíos de Jerusalén enviaron sacerdotes y levitas a preguntarle quién era.


Al oír esto, la gente quedó admirada de su enseñanza.


Por eso las autoridades judías lo buscaban durante la fiesta, y decían: «¿Dónde se habrá metido?».


Sin embargo, por temor a los judíos nadie hablaba de él abiertamente.


Pedro y Juan eran personas sin estudios ni preparación. Por eso, al ver la valentía con que ellos hablaban, los gobernantes se quedaron asombrados. Reconocieron que habían estado con Jesús.