Este es el testimonio de Juan cuando los judíos de Jerusalén enviaron sacerdotes y levitas a preguntarle quién era.
Juan 6:52 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Los judíos comenzaron a discutir fuertemente entre sí: «¿Cómo puede este darnos a comer su carne?». Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede este darnos a comer su carne? Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces la gente comenzó a discutir entre sí sobre lo que él quería decir. «¿Cómo puede este hombre darnos de comer su carne?», se preguntaban. Biblia Católica (Latinoamericana) Los judíos discutían entre sí: '¿Cómo puede éste darnos a comer carne?' La Biblia Textual 3a Edicion Entonces los judíos discutían unos con otros, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pusiéronse entonces a discutir los judíos entre sí, diciendo: '¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede Éste darnos a comer su carne? |
Este es el testimonio de Juan cuando los judíos de Jerusalén enviaron sacerdotes y levitas a preguntarle quién era.
De nuevo las palabras de Jesús fueron motivo de desacuerdo entre los judíos.
―¿Cómo puede uno nacer de nuevo siendo ya viejo? —preguntó Nicodemo—. ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y volver a nacer?
La mujer le dijo: ―Señor, ni siquiera tienes con qué sacar agua, y el pozo es muy hondo. ¿De dónde, pues, vas a sacar esa agua que da vida?
Entonces los judíos comenzaron a murmurar contra él, porque dijo: «Yo soy el pan que bajó del cielo».
Al escucharlo, muchos de sus discípulos dijeron: «Esta enseñanza es muy difícil; ¿quién puede aceptarla?».
Algunos de los fariseos comentaban: «Ese hombre no viene de parte de Dios, porque no respeta el sábado». Otros decían: «¿Cómo puede un pecador hacer semejantes señales milagrosas?». Y había desacuerdo entre ellos.
Cuando oyeron de la resurrección, unos se burlaron; pero otros le dijeron: ―Queremos que usted nos hable en otra ocasión sobre este tema.
El que no tiene el Espíritu no acepta lo que el Espíritu de Dios revela, pues le parece una locura. No puede entenderlo, porque solo los que tienen el Espíritu lo entienden.