Pero él les dijo: «No tengan miedo, que soy yo».
Mas él les dijo: Yo soy; no temáis.
pero él exclamó: «No tengan miedo, ¡yo estoy aquí!».
Pero él les dijo: 'Soy Yo, no tengan miedo.
Pero Él les dice: ¡Yo soy, no temáis!
Pero él les dice: 'Soy yo; no tengáis miedo'.
Pero Él les dijo: Yo soy, no temáis.
Estaban llenos de miedo por lo que veían. Pero él habló en seguida con ellos y les dijo: «¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo».
―No se asusten —les dijo—. Ustedes buscan a Jesús el Nazareno, el que fue crucificado. ¡Ha resucitado! No está aquí. Miren el lugar donde lo pusieron.
Habrían remado unos cinco o seis kilómetros cuando vieron que Jesús se acercaba a la barca, caminando sobre el agua, y se asustaron.
Así que se dispusieron a recibirlo a bordo, y en seguida la barca llegó a la orilla adonde se dirigían.