Mandó a sus siervos que llamaran a los invitados, pero estos se negaron a asistir al banquete.
Juan 5:40 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 y no queréis venir a mí para que tengáis vida. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, ustedes se niegan a venir a mí para recibir esa vida. Biblia Católica (Latinoamericana) Sin embargo ustedes no quieren venir a mí para tener vida. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Y no queréis venir a mí para tener vida! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y, sin embargo, ¡no queréis venir a mí para tener vida!' Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y no queréis venir a mí para que tengáis vida. |
Mandó a sus siervos que llamaran a los invitados, pero estos se negaron a asistir al banquete.
»¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como reúne la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, pero no quisiste!
El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.
Esta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, pero la humanidad prefirió las tinieblas a la luz, porque sus acciones eran malvadas.
Ustedes estudian las Escrituras con mucho cuidado, porque piensan que en ellas encuentran la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio en mi favor!
¡Cómo van ustedes a creerme, si lo que les gusta es rendirse honor unos a otros! Ustedes no buscan la gloria que viene del Dios único.
No trabajen por la comida que pronto se acaba. Trabajen por la que permanece para vida eterna. Esa comida se la dará el Hijo del hombre, sobre quien Dios el Padre ha puesto su sello de aprobación.
Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que a mí viene, no lo rechazo.
Porque la voluntad de mi Padre es que todo el que ve al Hijo y crea en él tenga vida eterna; y yo lo resucitaré en el día final.
Pues el pecado solo produce muerte, mientras que el regalo de Dios da vida eterna cuando creemos en Cristo Jesús, nuestro Señor.
El Espíritu y la esposa del Cordero dicen: «¡Ven!». El que escuche diga: «¡Ven!». El que tenga sed, venga. Y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida.