La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Juan 5:36 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

»El testimonio con que yo cuento tiene más peso que el de Juan. Las cosas que el Padre me ha encomendado que lleve a cabo, las estoy haciendo. Y son estas mismas acciones las que testifican que el Padre me ha enviado.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

pero yo tengo un testigo aún más importante que Juan: mis enseñanzas y mis milagros. El Padre me dio estas obras para que yo las realizara, y ellas prueban que él me envió.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero yo tengo un testimonio que vale más que el de Juan: son las obras que el Padre me encomendó realizar. Estas obras que yo hago hablan por mí y muestran que el Padre me ha enviado.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Pero el testimonio que Yo tengo es mayor que° el de Juan, porque las obras que el Padre me dio para que las realizara, las obras mismas que hago, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

'Yo tengo un testimonio que es superior al de Juan: las obras que el Padre me ha encomendado llevar a término, estas mismas obras que yo estoy haciendo, dan testimonio en favor mío de que el Padre me ha enviado.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado.

Ver Capítulo
Otras versiones



Juan 5:36
17 Referencias Cruzadas  

Jesús les respondió: ―Vayan y cuéntenle a Juan lo que están viendo y oyendo:


―¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar ocupado en los asuntos de mi Padre?


Jesús les respondió: ―Ya se lo he dicho a ustedes, y no lo creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que me acreditan.


Pero algunos de ellos comentaban: ―Este, que le abrió los ojos al ciego, ¿no podría haber impedido que Lázaro muriera?


He hecho entre ellos obras que ningún otro antes ha realizado. Si no las hubiera hecho, no serían culpables de pecado. Pero ahora las han visto y, sin embargo, a mí y a mi Padre nos han odiado.


Yo te he dado la gloria en la tierra y he llevado a cabo la obra que me encomendaste.


Mientras estaba en Jerusalén, durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver las señales milagrosas que hacía.


Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.


Este fue de noche a visitar a Jesús. ―Maestro —le dijo—, sabemos que has venido de parte de Dios. Pues nadie podría hacer las señales milagrosas que tú haces si Dios no estuviera con él.


―Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra —les dijo Jesús—.


Otro es el que testifica en mi favor, y me consta que es válido el testimonio que él da de mí.


»Israelitas, escuchen esto: Jesús de Nazaret fue un hombre aprobado por Dios ante ustedes con milagros, señales y maravillas. Todo esto lo hizo Dios entre ustedes por medio de él, como bien lo saben.


Aceptamos el testimonio de la gente, pero el testimonio de Dios vale mucho más. Y vale más porque el testimonio que Dios da es acerca de su Hijo.