Los fariseos y los saduceos se acercaron a Jesús y, para ponerle una trampa, le pidieron que les mostrara una señal del cielo.
Juan 4:48 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) ―Ustedes nunca van a creer si no ven señales milagrosas y maravillas —le dijo Jesús. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales y prodigios, no creeréis. Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús le preguntó: —¿Acaso nunca van a creer en mí a menos que vean señales milagrosas y maravillas? Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús le dio esta respuesta: 'Si ustedes no ven señales y prodigios, no creen. La Biblia Textual 3a Edicion Jesús le dijo: Si no veis señales y prodigios, de ningún modo creéis. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces le dijo Jesús: 'Como no veáis señales y prodigios, nunca jamás creeréis'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales y prodigios, no creeréis. |
Los fariseos y los saduceos se acercaron a Jesús y, para ponerle una trampa, le pidieron que les mostrara una señal del cielo.
porque surgirán falsos Cristos y falsos profetas. Y harán grandes maravillas y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos.
―Salvó a otros —decían—, ¡pero no puede salvarse a sí mismo! ¡Y es el rey de Israel! Que baje ahora de la cruz, y así creeremos en él.
porque surgirán falsos Cristos y falsos profetas. Y harán maravillas y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos.
Abraham le dijo: “Si no les hacen caso a Moisés y a los Profetas, tampoco se convencerán aunque alguien se levante de entre los muertos”».
A pesar de haber hecho Jesús todas estas señales milagrosas en presencia de ellos, todavía no creían en él.
He hecho entre ellos obras que ningún otro antes ha realizado. Si no las hubiera hecho, no serían culpables de pecado. Pero ahora las han visto y, sin embargo, a mí y a mi Padre nos han odiado.
Entonces los judíos reaccionaron, preguntándole: ―¿Qué señal puedes mostrarnos para actuar de esta manera?
―Porque me has visto, has creído —le dijo Jesús—. Dichosos los que no han visto y sin embargo creen.
En todo caso, Pablo y Bernabé pasaron allí bastante tiempo. Hablaban valientemente en el nombre del Señor, quien confirmaba el mensaje de su inmerecido amor. Lo confirmaba haciendo milagros y maravillas por medio de ellos.
Todos los reunidos guardaron silencio para escuchar a Bernabé y a Pablo. Los escucharon contar los milagros y maravillas que Dios había hecho por medio de ellos entre los que no son judíos.
Arriba en el cielo y abajo en la tierra mostraré maravillas: sangre, fuego y nubes de humo.
»Israelitas, escuchen esto: Jesús de Nazaret fue un hombre aprobado por Dios ante ustedes con milagros, señales y maravillas. Todo esto lo hizo Dios entre ustedes por medio de él, como bien lo saben.
Todos estaban asombrados por los muchos milagros y maravillas que hacían los apóstoles.
Por eso, extiende tu mano para sanar y hacer milagros y maravillas mediante el nombre de tu santo siervo Jesús».
Por medio de los apóstoles ocurrían muchos milagros y maravillas entre el pueblo. Y todos los creyentes se reunían de común acuerdo en las afueras del Templo, en la entrada a la puerta de Salomón.
Esteban, hombre lleno del amor y del poder de Dios, hacía grandes maravillas y milagros entre el pueblo.
Él los sacó de Egipto haciendo maravillas y milagros. Los hizo tanto en la tierra de Egipto como en el Mar Rojo, y en el desierto durante cuarenta años.
Esas poderosas maravillas y milagros que he hecho las he logrado hacer gracias al poder del Espíritu de Dios. Comencé a anunciar la buena noticia de Cristo en Jerusalén, por todas partes, hasta la región de Iliria.
Los judíos piden señales milagrosas para así creer en este mensaje. Los que no son judíos quieren oír un mensaje lleno de sabiduría humana.
Cuando estuve entre ustedes tuve mucha paciencia y me vieron hacer cosas sorprendentes, maravillas y milagros. Todo eso demuestra que soy un apóstol.
El hombre malvado vendrá, y Satanás lo ayudará a realizar milagros, señales y maravillas falsas.
Dios también nos confirmó su validez por medio de hechos asombrosos, maravillas, muchos milagros y habilidades dadas por el Espíritu Santo según su voluntad.