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Juan 4:42 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

―Ya no creemos solo por lo que tú dijiste —le decían a la mujer—. Ahora lo hemos oído nosotros mismos. Y sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo, el Cristo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Luego le dijeron a la mujer: «Ahora creemos, no solo por lo que tú nos dijiste, sino porque lo hemos oído en persona. Ahora sabemos que él es realmente el Salvador del mundo».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

y decían a la mujer: 'Ya no creemos por lo que tú has contado. Nosotros mismos lo hemos escuchado y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

y decían a la mujer: Ya no creemos por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

de suerte que le decían a la mujer: 'Ya no creemos sólo por lo que tú nos has referido; pues nosotros mismos le hemos oído y sabemos que él es, verdaderamente, el Salvador del mundo'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y decían a la mujer: Ahora creemos, no sólo por tu dicho, sino porque nosotros mismos le hemos oído, y sabemos que verdaderamente Éste es el Cristo, el Salvador del mundo.

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Otras versiones



Juan 4:42
23 Referencias Cruzadas  

Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».


luz que ilumina a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».


Al día siguiente, Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: «¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!


Cuando Jesús llegó, se enteró de que Lázaro llevaba ya cuatro días en la tumba.


Les he entregado las palabras que me diste, y ellos las aceptaron. Saben con certeza que salí de ti y han creído que tú me enviaste.


―Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será este el Cristo?


y muchos más llegaron a creer por lo que él mismo decía.


»Dios prometió que de los descendientes de David le daría a Israel un Salvador, que es Jesús.


De hecho, en ningún otro hay salvación. No hay bajo el cielo otro nombre dado a las personas mediante el cual podamos ser salvos».


Por su poder, Dios lo exaltó como Príncipe y Salvador, para que diera a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.


Un mensaje que le dice al mundo que Dios envió a Cristo para reconciliarnos con él. Nuestros pecados fueron perdonados, y se nos encargó la predicación de este mensaje de reconciliación.


En efecto, si trabajamos y nos esforzamos es porque hemos puesto nuestra confianza en que el Dios viviente cumplirá sus promesas. Él es el Salvador de todos, especialmente de los que creen.


Él murió en la cruz ofreciendo su vida como un sacrificio, para que Dios perdonara nuestros pecados. Pero no solo para que nos perdonara a nosotros, sino a todo el mundo.


Nosotros hemos visto que el Padre envió a su Hijo como Salvador del mundo, y por eso lo anunciamos.


Sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y nosotros somos amigos de su Hijo Jesucristo, quien es el Dios verdadero y nos da vida eterna.