Estos no nacen de padres humanos. No son producto del deseo ni de la voluntad humana. Nacen de Dios.
Juan 3:8 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) El viento sopla por donde quiere, y oyes su sonido, aunque ignoras de dónde viene y a dónde va. Lo mismo pasa con todo el que nace del Espíritu. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. Biblia Nueva Traducción Viviente El viento sopla hacia donde quiere. De la misma manera que oyes el viento pero no sabes de dónde viene ni adónde va, tampoco puedes explicar cómo las personas nacen del Espíritu. Biblia Católica (Latinoamericana) El viento sopla donde quiere, y tú oyes su silbido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Lo mismo le sucede al que ha nacido del Espíritu. La Biblia Textual 3a Edicion El espíritu° sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va, así es todo el que ha nacido del Espíritu. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El viento sopla donde quiere: tú oyes su silbido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así le sucede a todo el que ha nacido del Espíritu'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. |
Estos no nacen de padres humanos. No son producto del deseo ni de la voluntad humana. Nacen de Dios.
De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento que llenó toda la casa donde estaban reunidos.
Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y predicaban la palabra de Dios sin ningún temor.
Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien reparte los dones a cada uno según él quiere.
En efecto, ¿quién conoce los pensamientos de otra persona? Solo el espíritu de esa persona los conoce. Así mismo, nadie conoce los pensamientos de Dios sino el Espíritu de Dios.
Ustedes reconocen que Jesucristo es justo. Entonces, también reconozcan que todo el que vive haciendo el bien es un hijo de Dios.