No trabajen por la comida que pronto se acaba. Trabajen por la que permanece para vida eterna. Esa comida se la dará el Hijo del hombre, sobre quien Dios el Padre ha puesto su sello de aprobación.
Juan 3:33 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) El que lo recibe deja en claro que Dios dice la verdad. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 El que recibe su testimonio, este atestigua que Dios es veraz. Biblia Nueva Traducción Viviente Todo el que acepta su testimonio puede confirmar que Dios es veraz. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero aceptar su testimonio es como reconocer que Dios es veraz. La Biblia Textual 3a Edicion El que recibe su testimonio ha atestiguado que Dios es veraz. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El que acepta su testimonio, certifica que Dios es veraz. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El que recibe su testimonio certifica que Dios es veraz. |
No trabajen por la comida que pronto se acaba. Trabajen por la que permanece para vida eterna. Esa comida se la dará el Hijo del hombre, sobre quien Dios el Padre ha puesto su sello de aprobación.
Son muchas las cosas que tengo que decir y juzgar de ustedes. Lo que yo le digo al mundo es lo mismo que he oído decir al que me envió. Y él dice la verdad.
Así que, una vez que yo haya cumplido esta tarea y entregado en sus manos esta ayuda, saldré para España y de paso los visitaré a ustedes.
Es más, él fue circuncidado luego, como una señal de que había sido declarado justo por su fe. Por tanto, Abraham es considerado el padre de todos los que creen aunque no hayan sido circuncidados. Pues a estos se les toma en cuenta su fe y son declarados justos.
Aunque otros no me reconozcan como apóstol, para ustedes sí lo soy. Pues ustedes mismos son la prueba de que soy un apóstol del Señor.
Pero, así como podemos confiar en Dios, también pueden confiar en nosotros. El mensaje que les hemos dado no es «sí» y «no» al mismo tiempo.
nos tomó como propiedad suya. Él puso su Espíritu en nuestro corazón como garantía de sus promesas.
Ustedes oyeron el mensaje de la verdad, la buena noticia que les trajo la salvación. Cuando creyeron en ese mensaje, recibieron el Espíritu Santo prometido. Y, al recibirlo, fueron marcados como propiedad de Dios. Y esto se lo debemos a Cristo.
No hagan que el Espíritu Santo de Dios se ponga triste por su mala conducta. Pues el Espíritu es como un sello que ustedes llevan en su cuerpo. Con ese sello serán reconocidos como propiedad de Dios cuando llegue el día de su salvación final.
A pesar de todo, lo que hemos creído tiene un sólido fundamento, el cual Dios ha puesto y se mantiene firme. Es como si nuestra vida fuera un edificio cuyos cimientos tienen una inscripción que dice: «El Señor conoce a los suyos», y esta otra: «Que se aparte de la maldad todo el que dice creer en el Señor».
También Dios quiso demostrarles claramente a los que recibirán la promesa que su propósito no cambia. Por eso, la confirmó con un juramento.
Si afirmamos que no hemos pecado, hacemos pasar a Dios por mentiroso y en verdad no hemos aceptado su mensaje.