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Juan 2:24 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

En cambio, Jesús no confiaba en ellos porque los conocía a todos.

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Biblia Reina Valera 1960

Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

pero Jesús no confiaba en ellos porque conocía todo acerca de las personas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

y no necesitaba pruebas sobre nadie,

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero Jesús mismo no se confiaba a ellos, porque Él conocía a todos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero Jesús no se confiaba a ellos, porque él conocía a todos

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos.

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Otras versiones



Juan 2:24
21 Referencias Cruzadas  

Como Jesús conocía sus pensamientos, les dijo: ―¿Por qué dan lugar a tan malos pensamientos?


En ese mismo instante supo Jesús en su interior que esto era lo que estaban pensando. ―¿Por qué piensan así? —les dijo—.


Luego lo llevó a Jesús, quien, mirándolo fijamente, le dijo: ―Tú eres Simón, hijo de Juan. Serás llamado Cefas (es decir, Pedro).


Ya podemos ver que sabes todas las cosas y que ni siquiera necesitas que nadie te haga preguntas. Por esto creemos que saliste de Dios.


Por tercera vez Jesús le preguntó: ―Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? A Pedro le dolió que por tercera vez Jesús le hubiera preguntado: «¿Me quieres?». Así que le dijo: ―Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. ―Apacienta mis ovejas —le dijo Jesús—.


―Ve a llamar a tu esposo y vuelve acá —le dijo Jesús.


A ustedes los conozco y sé que no aman realmente a Dios.


Pero Jesús se dio cuenta de que querían llevarlo a la fuerza y proclamarlo rey. Por eso se retiró de nuevo a la montaña él solo.


Sin embargo, hay algunos de ustedes que no creen. Es que Jesús conocía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que iba a traicionarlo. Así que añadió:


Y oraron así: «Señor, tú conoces el corazón de todos. Muéstranos a cuál de estos dos has elegido.


Dios, que conoce el corazón humano, mostró que los aceptaba dándoles el Espíritu Santo, lo mismo que a nosotros.


Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.


A los hijos de esa mujer los heriré de muerte. Así sabrán todas las iglesias que yo soy el que conoce a fondo la mente y el corazón. A cada uno de ustedes lo trataré de acuerdo con sus acciones.