―Pues llévenselo ustedes y júzguenlo según su propia ley —les dijo Pilato. ―Nosotros no tenemos ninguna autoridad para ejecutar a nadie —respondieron los judíos.
Juan 19:6 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Tan pronto como lo vieron, los jefes de los sacerdotes y los guardias gritaron a voz en cuello: ―¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! ―Pues llévenselo y crucifíquenlo ustedes —respondió Pilato—. Por mi parte, no lo encuentro culpable de nada. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: ¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en él. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando lo vieron, los principales sacerdotes y los guardias del templo comenzaron a gritar: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!». —Llévenselo ustedes y crucifíquenlo —dijo Pilato—. Yo no lo encuentro culpable. Biblia Católica (Latinoamericana) Al verlo, los jefes de los sacerdotes y los guardias del Templo comenzaron a gritar: '¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!' Pilato contestó: 'Tómenlo ustedes y crucifíquenlo, pues yo no encuentro motivo para condenarlo. La Biblia Textual 3a Edicion Cuando pues lo vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, gritaron, diciendo: ¡Crucifica! ¡Crucifica! Les dice Pilato: ¡Tomadlo vosotros y crucificadlo, pues yo no hallo delito en él! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando lo vieron, los pontífices y los guardias comenzaron a gritar: '¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!'. Pilato les contesta: 'Tomadlo vosotros y crucificadlo; porque yo no encuentro delito en él'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando le vieron los príncipes de los sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: ¡Crucifícale, crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo falta en Él. |
―Pues llévenselo ustedes y júzguenlo según su propia ley —les dijo Pilato. ―Nosotros no tenemos ninguna autoridad para ejecutar a nadie —respondieron los judíos.
Pilato volvió a salir. ―Aquí lo tienen —dijo a los judíos—. Lo he sacado para que sepan que no lo encuentro culpable de nada.
¿A cuál de los profetas no persiguieron sus antepasados? Ellos mataron a los que de antemano anunciaron la venida del Justo. Y ahora ustedes lo han traicionado y asesinado.
Jesús fue entregado según el determinado propósito y el previo conocimiento de Dios. Y, por medio de gente malvada, ustedes lo mataron, clavándolo en la cruz.
―¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo! —gritaron. ―¿Acaso voy a crucificar a su rey? —respondió Pilato. ―No tenemos más rey que el césar —contestaron los jefes de los sacerdotes.
Entonces Pilato declaró a los jefes de los sacerdotes y a la gente: ―No encuentro que este hombre sea culpable de nada.
Cuando Pilato vio que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, pidió agua y se lavó las manos delante de la gente. ―Soy inocente de la sangre de este hombre —dijo—. ¡Allá ustedes!
―¿Y qué voy a hacer con Jesús, al que llaman Cristo? —les preguntó Pilato. ―¡Crucifícalo! —respondieron todos.
Pero Pedro lo siguió de lejos hasta el patio del sumo sacerdote. Entró y se sentó con los guardias para ver en qué terminaba aquello.
Así que Judas fue al huerto. Llegó al frente de un grupo de soldados y guardias de los jefes de los sacerdotes y de los fariseos. Llevaban antorchas, lámparas y armas.
―¿Y qué es la verdad? —preguntó Pilato. Dicho esto, salió otra vez a ver a los judíos. ―Yo no encuentro que este sea culpable de nada —declaró—.