Jesús le respondió: ―Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.
Juan 14:24 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) El que no me ama no obedece mis palabras. Pero estas palabras que ustedes oyen no son mías, sino del Padre, que me envió. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. Biblia Nueva Traducción Viviente El que no me ama no me obedece. Y recuerden, mis palabras no son mías; lo que les hablo proviene del Padre, quien me envió. Biblia Católica (Latinoamericana) El que no me ama no guarda mis palabras; pero el mensaje que escuchan no es mío, sino del Padre que me ha enviado. La Biblia Textual 3a Edicion El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que oís no es mía, sino del Padre que me envió. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El que no me ama, no guarda mis palabras. La palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me ha enviado'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. |
Jesús le respondió: ―Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.
¿Acaso no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les hablo, no las hablo como cosa mía. El Padre, que está en mí, es el que hace sus obras.
Te aseguro que hablamos de lo que sabemos. Y damos testimonio de lo que hemos visto personalmente. Sin embargo, ustedes no aceptan nuestro testimonio.
El enviado de Dios comunica el mensaje de Dios, pues él mismo le da su Espíritu sin medida.
Entonces Jesús afirmó: ―Les aseguro que el Hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su Padre hace. Todo lo que hace el Padre, lo hace también el Hijo.
Tampoco su palabra vive en ustedes, porque no creen en aquel a quien él envió.
Por eso Jesús, que seguía enseñando en el Templo, dijo: ―¡Con que ustedes me conocen y saben de dónde vengo! No he venido por mi propia cuenta, sino que me envió uno en quien se puede confiar. Ustedes no lo conocen,
Son muchas las cosas que tengo que decir y juzgar de ustedes. Lo que yo le digo al mundo es lo mismo que he oído decir al que me envió. Y él dice la verdad.
Por eso Jesús añadió: ―Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, sabrán ustedes que yo soy quien afirmo ser. Y sabrán que no hago nada por mi propia cuenta, sino que hablo conforme a lo que el Padre me ha enseñado.
Yo hablo de lo que he visto en presencia del Padre. Así también ustedes, hagan lo que del Padre han escuchado.
―Si Dios fuera su Padre —les contestó Jesús—, ustedes me amarían, porque yo he venido de Dios y aquí me tienen. No he venido por mi propia cuenta, sino que él me envió.