Ni siquiera el Hijo del hombre vino para que le sirvieran, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.
Juan 13:13 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. Biblia Nueva Traducción Viviente Ustedes me llaman “Maestro” y “Señor” y tienen razón, porque es lo que soy. Biblia Católica (Latinoamericana) Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. La Biblia Textual 3a Edicion Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y decís bien, porque lo soy. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Vosotros me llamáis 'el Maestro' y 'el Señor', y decís bien, porque lo soy. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Vosotros me llamáis Maestro, y Señor, y decís bien, porque lo soy. |
Ni siquiera el Hijo del hombre vino para que le sirvieran, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.
―Supongo que aquel a quien más le perdonó —contestó Simón. ―Estás en lo correcto —le dijo Jesús.
María fue la que ungió con perfume al Señor y le secó los pies con sus cabellos.
Dicho esto, Marta regresó a la casa. Llamó a su hermana María y le dijo en secreto: ―El Maestro está aquí y te llama.
Las dos hermanas mandaron a decirle a Jesús: «Señor, tu amigo querido está enfermo».
Por eso les digo que nadie que esté hablando guiado por el Espíritu de Dios puede maldecir a Jesús. Tampoco nadie puede decir: «Jesús es el Señor» si no es guiado por el Espíritu Santo.
Pero para nosotros no hay más que un solo Dios. Él es el Padre, quien creó todo, y para él vivimos. Y no hay más que un solo Señor, es decir, Jesucristo. Dios todo lo creó por medio de él, y gracias a él vivimos.
Y ustedes, amos, traten a sus esclavos de la misma manera, dejen de amenazarlos. Recuerden que tanto ellos como ustedes tienen en el cielo un mismo Amo, que es el Señor, y que con él no hay favoritismos.
Cuando comparo todo con el inmenso valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, me doy cuenta de que nada tiene importancia. Por él lo he dejado todo, y lo considero basura, pues todo cuanto quiero es a Cristo.
¿Tú crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan de miedo.