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Juan 12:34 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

―En la Ley hemos leído que el Cristo permanecerá para siempre —le respondió la gente—. ¿Cómo, pues, dices que el Hijo del hombre tiene que ser levantado? ¿Quién es ese Hijo del hombre?

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Le respondió la gente: Nosotros hemos oído de la ley, que el Cristo permanece para siempre. ¿Cómo, pues, dices tú que es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del Hombre?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

La multitud respondió: —Según entendimos de las Escrituras, el Mesías vivirá para siempre. ¿Cómo puedes decir, entonces, que el Hijo del Hombre va a morir? Además, ¿quién es este Hijo del Hombre?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

La gente le replicó: 'Escuchamos la Ley y sabemos que el Mesías permanece para siempre. ¿Cómo dices tú que el Hijo del Hombre va a ser levantado? ¿Quién es ese Hijo del Hombre?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Le respondió la gente: Nosotros aprendimos de la ley que el Mesías permanece para siempre.° ¿Cómo dices tú: Es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del Hombre?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

El pueblo le contestó: 'Nosotros hemos sabido por la ley que el Cristo permanece para siempre. ¿Y cómo dices tú que el Hijo del hombre tiene que ser levantado en alto? ¿Quién es ese Hijo del hombre?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

La multitud le respondió: Nosotros hemos oído de la ley, que el Cristo permanece para siempre: ¿Cómo, pues, dices tú que es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del Hombre?

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Otras versiones



Juan 12:34
26 Referencias Cruzadas  

Cuando llegó a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: ―¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?


Cuando Jesús entró en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió. ―¿Quién es este? —preguntaban.


―Las zorras tienen cuevas y las aves tienen nidos —le respondió Jesús—. Pero el Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza.


―¿Y acaso —respondió Jesús— no está escrito en su Ley: “Yo les he dicho: ‘Ustedes son dioses’ ”?


Pero yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo.


Pero esto sucede para que se cumpla lo que está escrito en la Ley de ellos: “Me odiaron sin motivo”.


Por eso Jesús añadió: ―Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, sabrán ustedes que yo soy quien afirmo ser. Y sabrán que no hago nada por mi propia cuenta, sino que hablo conforme a lo que el Padre me ha enseñado.


Ahora bien, sabemos que todo lo que dice la Ley afecta a los que les fue entregada. Así nadie en el mundo dirá que es inocente, y todos serán declarados culpables delante de Dios.


Un solo pecado nos hizo culpables a todos y, por un solo acto de justicia, Dios nos declaró justos a todos.


Pero, como Jesús vive para siempre, su trabajo como sacerdote nunca se acabará.