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Juan 12:32 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Pero yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Y, cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

y yo, cuando haya sido levantado de la tierra, atraeré a todos a mí.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y Yo, cuando sea levantado en alto de sobre la tierra, a todos atraeré a mí mismo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y cuando a mí me levanten de la tierra en alto, atraeré a todos hacia mí.'

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.

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Otras versiones



Juan 12:32
23 Referencias Cruzadas  

para que diera testimonio de la luz y para que por medio de él todos creyeran.


―En la Ley hemos leído que el Cristo permanecerá para siempre —le respondió la gente—. ¿Cómo, pues, dices que el Hijo del hombre tiene que ser levantado? ¿Quién es ese Hijo del hombre?


Esto sucedió para que se cumpliera lo que Jesús había dicho sobre la clase de muerte que iba a sufrir.


Jesús salió cargando su propia cruz hacia el lugar de la Calavera, que en hebreo se llama «Gólgota».


»Moisés levantó la serpiente en el desierto. Así también tiene que ser levantado el Hijo del hombre,


Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me envió, y yo lo resucitaré en el día final.


Por eso Jesús añadió: ―Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, sabrán ustedes que yo soy quien afirmo ser. Y sabrán que no hago nada por mi propia cuenta, sino que hablo conforme a lo que el Padre me ha enseñado.


Cristo nos rescató de la maldición de la Ley. Él aceptó que esa maldición cayera sobre él. Pues las Escrituras dicen: «Maldito todo el que es colgado de un madero».


que dio su vida para salvarnos a todos. Dios, a su debido tiempo, nos demostró que desea salvarnos.


Pero lo que sí vemos es que Jesús, quien fue hecho un poco inferior a los ángeles, ha sido coronado de gloria y honra por haber sufrido la muerte. Así, por el amor inmerecido de Dios, la muerte que él sufrió resulta en beneficio de todos, aunque no lo merecemos.


Cristo aceptó como suyos nuestros pecados, y así fue a morir en la cruz. Lo hizo para que dejáramos de pecar y viviéramos para hacer el bien. Él fue herido como castigo, para que ustedes fueran sanados.


Porque Cristo murió para perdonar nuestros pecados una sola vez, y es suficiente. Él, que era justo, murió por nosotros, que éramos injustos. Así nos acercó a Dios. Él sufrió la muerte en su cuerpo, pero el Espíritu hizo que volviera a la vida.


Él murió en la cruz ofreciendo su vida como un sacrificio, para que Dios perdonara nuestros pecados. Pero no solo para que nos perdonara a nosotros, sino a todo el mundo.


Y entonaban este nuevo cántico: «Digno eres de recibir el rollo y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado. Con tu sangre compraste para Dios gente de toda tribu, idioma, pueblo y nación.