Juan 10:3 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) El portero le abre la puerta, y las ovejas oyen su voz. Llama por nombre a las ovejas y las saca del redil. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 A este abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. Biblia Nueva Traducción Viviente El portero le abre la puerta, y las ovejas reconocen la voz del pastor y se le acercan. Él llama a cada una de sus ovejas por su nombre y las lleva fuera del redil. Biblia Católica (Latinoamericana) El cuidador le abre y las ovejas escuchan su voz; llama por su nombre a cada una de sus ovejas y las saca fuera. La Biblia Textual 3a Edicion A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz, y a sus ovejas llama por su nombre, y las saca. Biblia Serafín de Ausejo 1975 A éste le abre el portero, y las ovejas atienden a su voz; llama a sus propias ovejas por su nombre y las saca fuera. Biblia Reina Valera Gómez (2023) A este abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las conduce afuera. |
A pesar de todo, lo que hemos creído tiene un sólido fundamento, el cual Dios ha puesto y se mantiene firme. Es como si nuestra vida fuera un edificio cuyos cimientos tienen una inscripción que dice: «El Señor conoce a los suyos», y esta otra: «Que se aparte de la maldad todo el que dice creer en el Señor».
Cuando ya ha sacado a todas las que son suyas, va delante de ellas. Y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz.
Tengo otras ovejas que no son de este redil y también a ellas debo traerlas. Así ellas escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor.
Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré y cenaré con él y él, conmigo.
Pues el Cordero que está en el trono los guiará y los llevará a fuentes de agua viva. Dios les secará toda lágrima de sus ojos.
A los que eligió, también los llamó. A los que llamó, también los declaró justos. A los que declaró justos, también les compartió su gloria.
En los libros de los Profetas está escrito: “A todos los enseñará Dios”. En efecto, todo el que escucha al Padre y aprende de él viene a mí.
Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que a mí viene, no lo rechazo.
Todo aquel cuyo nombre no estaba escrito en el libro de la vida era echado al lago de fuego.
Oren además por nosotros para que Dios nos abra la oportunidad de anunciar el mensaje del plan que Dios mantenía en secreto, que es Cristo, y por el cual estoy preso.
Y a ti, mi fiel compañero, te pido que ayudes a estas mujeres que han luchado a mi lado en el anuncio de la buena noticia. Han luchado junto con Clemente y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.
A esos profetas se les hizo saber que anunciaban algo que no era para ellos, sino para ustedes. Hablaban de las cosas que ahora les han anunciado a ustedes los que les predicaron la buena noticia. Hablaban por medio del Espíritu Santo enviado del cielo. Estas son cosas que aun los mismos ángeles quisieran poder ver.
Allí hay muchos en mi contra. Sin embargo, se me ha presentado allí una gran oportunidad para servir a Dios y obtener buenos resultados.
Yo soy la puerta. El que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo. Se moverá con entera libertad y hallará pastos.
Nosotros pertenecemos a Dios, y todo el que conoce a Dios nos escucha. Pero el que no conoce a Dios no nos escucha. Así sabemos quién habla con el espíritu de la verdad y quién con el espíritu del engaño.