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Juan 1:47 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Cuando Jesús vio que Natanael se le acercaba, comentó: ―Aquí tienen a un verdadero israelita, en quien no hay falsedad.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Mientras ellos se acercaban, Jesús dijo: —Aquí viene un verdadero hijo de Israel, un hombre totalmente íntegro.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando Jesús vio venir a Natanael, dijo de él: 'Ahí viene un verdadero israelita: éste no sabría engañar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Jesús ve° a Natanael que viene, y dice acerca de él: ¡He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Jesús vio a Natanael, que se le acercaba, y dice de él: 'Éste es un auténtico israelita, en quien no hay doblez'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Jesús viendo que Natanael venía hacia Él, dijo de él: He aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño.

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Otras versiones



Juan 1:47
13 Referencias Cruzadas  

No necesitaba que nadie le informara nada acerca de los demás, pues él conocía lo más íntimo de cada persona.


―Ve a llamar a tu esposo y vuelve acá —le dijo Jesús.


Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en él. Les dijo: ―Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos.


―Nuestro padre es Abraham —respondieron. Entonces Jesús les contestó: ―Si fueran hijos de Abraham, harían lo mismo que él hizo.


Dios adoptó como hijos a los israelitas, y a ellos les mostró su gloria. Con ellos hizo pactos y les entregó la Ley. Les dio además promesas y el privilegio de adorarlo.


Ahora bien, no digamos que Dios no cumplió su promesa. Lo que sucede es que no todos los israelitas son en verdad el pueblo de Dios.


Si la circuncisión es la marca del pueblo de Dios, nosotros somos entonces el verdadero pueblo. Y lo somos porque por medio del Espíritu adoramos a Dios, y nos sentimos orgullosos de pertenecer a Cristo Jesús. No creemos que podamos ser salvos por medio del esfuerzo humano.


Por lo tanto, abandonen toda maldad y todo engaño, hipocresía y envidia. No digan mentiras acerca de otra persona.


«Él no cometió ningún pecado, ni de su boca salieron mentiras».


Ellos nunca mintieron ni hicieron lo malo.