el pueblo que habitaba en la oscuridad ha visto una gran luz; sobre los que vivían en la más terrible oscuridad la luz ha resplandecido».
Juan 1:4 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Biblia Nueva Traducción Viviente La Palabra le dio vida a todo lo creado, y su vida trajo luz a todos. Biblia Católica (Latinoamericana) tenía vida en ella,
y para los hombres la vida era luz. La Biblia Textual 3a Edicion En Él había vida°, y la vida era la luz de los hombres. Biblia Serafín de Ausejo 1975 En ella estaba la vida, y esta vida era la luz de los hombres; Biblia Reina Valera Gómez (2023) En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. |
el pueblo que habitaba en la oscuridad ha visto una gran luz; sobre los que vivían en la más terrible oscuridad la luz ha resplandecido».
Entonces Jesús le dijo: ―Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá.
―Ustedes van a tener la luz solo un poco más de tiempo —les dijo Jesús—. Caminen mientras tengan la luz, antes de que los envuelvan las tinieblas. El que camina en las tinieblas no sabe a dónde va.
Yo soy la luz que ha venido al mundo, para que todo el que crea en mí no viva en tinieblas.
―Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.
Esta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, pero la humanidad prefirió las tinieblas a la luz, porque sus acciones eran malvadas.
Porque así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a quienes él quiere.
Pues así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo el poder de tener vida en sí mismo.
Una vez más Jesús se dirigió a la gente y les dijo: ―Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
que el Cristo tendría que morir. Y que, por ser el primero en resucitar, le anunciaría a su propio pueblo y a los no judíos un mensaje de salvación».
Así dicen las Escrituras: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente». El último Adán, Cristo, es el que nos da vida.
Todo lo podemos ver gracias a la luz. Por eso se dice: «Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo».
Cuando Cristo, que les ha dado vida a ustedes, vuelva otra vez, ustedes le acompañarán y compartirán su gloria.
En esta carta les hablaremos acerca de aquel a quien llamamos el Verbo. Él ya existía desde antes de la creación del mundo y es quien nos da vida. Lo que les contamos acerca de él es todo lo que hemos oído y visto con nuestros propios ojos. Lo hemos visto y tocado con las manos.
Les estamos hablando de Jesucristo, quien se nos reveló como la vida misma. Nosotros no solo lo hemos visto, sino que a todos les hemos hablado de esa vida eterna que él nos da. Él estaba con el Padre, pero vino a este mundo y pudimos conocerlo.
Y lo que Dios ha dicho es esto: que él nos ha dado vida eterna, y esa vida es para los que creen en su Hijo.
Luego el ángel me mostró un río claro como el cristal, cuyas aguas dan vida. Este río salía del trono de Dios y del Cordero.
»Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para anunciar estas cosas a las iglesias. Yo soy el heredero del trono de David. Soy la brillante estrella de la mañana».