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Juan 1:38 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les preguntó: ―¿Qué buscan? ―Rabí, ¿dónde te hospedas? (Rabí significa: Maestro).

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Jesús miró a su alrededor y vio que ellos lo seguían. —¿Qué quieren? —les preguntó. Ellos contestaron: —Rabí (que significa “Maestro”), ¿dónde te hospedas?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les preguntó: '¿Qué buscan?' Le contestaron: 'Rabbí (que significa Maestro), ¿dónde vives?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Volviéndose entonces Jesús y viéndolos que lo seguían, les dice: ¿Qué buscáis? Ellos entonces le dijeron: Rabbí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Jesús entonces se volvió y, al ver que le seguían, les pregunta: '¿Qué deseáis?'. Ellos le contestaron: ' Rabbí -que quiere decir 'Maestro'-, ¿dónde vives?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Y ellos le dijeron: Rabí (que se dice, si lo interpretares; Maestro), ¿dónde moras?

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Otras versiones



Juan 1:38
30 Referencias Cruzadas  

Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía.


Grandes cantidades de personas seguían a Jesús. Y él se volvió y les dijo:


Así que inició el viaje y se fue a su padre. »Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y sintió compasión de él. Salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó.


Llegando al lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: ―Zaqueo, baja en seguida. Tengo que quedarme hoy en tu casa.


El Señor se volvió y miró directamente a Pedro. Entonces Pedro se acordó de lo que el Señor le había dicho: «Hoy mismo, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces».


Ahora bien, el hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que le permitiera acompañarlo, pero Jesús lo despidió y le dijo:


Cuando los dos discípulos le oyeron decir esto, siguieron a Jesús.


―Vengan a ver —les contestó Jesús. Ellos fueron, pues, y vieron dónde se hospedaba, y aquel mismo día se quedaron con él. Eran como las cuatro de la tarde.


―Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel! —declaró Natanael.


Estos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le pidieron: ―Señor, queremos ver a Jesús.


Jesús, que sabía todo lo que le iba a suceder, les salió al encuentro. ―¿A quién buscan? —les preguntó.


―¿A quién buscan? —volvió a preguntarles Jesús. ―A Jesús de Nazaret —repitieron.


Este fue de noche a visitar a Jesús. ―Maestro —le dijo—, sabemos que has venido de parte de Dios. Pues nadie podría hacer las señales milagrosas que tú haces si Dios no estuviera con él.


Aquellos fueron a ver a Juan y le dijeron: ―Maestro, fíjate, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, y de quien tú diste testimonio, ahora está bautizando, y todos van a él.


Mientras tanto, sus discípulos le insistían: ―Maestro, come algo.


Cuando lo encontraron al otro lado del lago, le preguntaron: ―Maestro, ¿cuándo llegaste acá?


Pedro bajó y les dijo a los hombres: ―Aquí estoy; yo soy el que ustedes buscan. ¿Qué asunto los ha traído por acá?


Por eso, cuando mandaron por mí, vine sin dudar. Ahora permítanme preguntarles: ¿para qué me hicieron venir?