Pero su gente lo odiaba y mandaron tras él un grupo de personas a decir: “No queremos a este por rey”.
Juan 1:11 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Vino a lo que era suyo, pero los suyos no lo recibieron. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Biblia Nueva Traducción Viviente Vino a los de su propio pueblo, y hasta ellos lo rechazaron; Biblia Católica (Latinoamericana) Vino a su propia casa,
y los suyos no lo recibieron;' La Biblia Textual 3a Edicion A lo suyo° vino, y los suyos no lo recibieron, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ella vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Biblia Reina Valera Gómez (2023) A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. |
Pero su gente lo odiaba y mandaron tras él un grupo de personas a decir: “No queremos a este por rey”.
y da testimonio de lo que ha visto y oído. Pero nadie recibe su testimonio.
―Fui enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel —contestó Jesús.
Les digo que Cristo se hizo servidor de los judíos para demostrar que Dios es fiel y así confirmar las promesas hechas a los antepasados.
Pablo y Bernabé les contestaron valientemente: «Era necesario que les anunciáramos la palabra de Dios primero a ustedes. Como la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, ahora vamos a dirigirnos a los que no son judíos.
Ellos son el pueblo de nuestros antepasados. Cristo, como ser humano, nació de padres israelitas, pero él es Dios y gobierna sobre todas las cosas. ¡Alabado sea por siempre! Amén.
Pero, cuando llegó la fecha indicada, Dios envió a su Hijo, quien nació de una mujer y bajo la autoridad de la Ley.
»Amigos israelitas, descendientes de Abraham, pongan atención. Y ustedes también, los no judíos que respetan a Dios, escuchen: a nosotros se nos ha enviado este mensaje de salvación.
Cristo es testigo de que digo la verdad. El Espíritu Santo guía mi conciencia, y por eso sé que no miento.
El que era la luz ya estaba en el mundo. El mundo fue creado por medio de él, pero el mundo no lo reconoció.
Pero a los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.
Luego dijo al discípulo: ―Ahí tienes a tu madre. Y desde aquel momento ese discípulo la recibió en su casa.